8 de abril de 2016

AHORA







Ahora y hace unos añitos la linda progresía habla bien de Jaime. No lo fue siempre. El hablar bien y de Gil de Biedma.
En las oposiciones que hice para secundaria, y ganarme la vida, nos pusieron un poema señero de Jaime. Y andaba éste enfermo y de cuando en vez algo suyo salía en medios. Este poema con que se inicia este reportaje -malo- hecho por gentes progres y disolutas, noveleras y jacarandosas. Para que yo me llame Jaime Gil de Biedma. Pero le quitaron el título, los que nos lo dieron para comentar. 

Recuerdo que el jurado me felicitó por mi extraordinario comento, que sacó la máxima nota entre casi 5.000 opositores, y que luego publiqué en una revista especializada. Y donde, al final, aseveraba que el poeta era tal, el poema de tal título y su autor tal y tal... Y no es que uno fuera más listo, mejor que alguien, no, es que uno había leído a un maestro con respetos, como a todos. En este país y esta sociedad me considero, como Cervantes, el más zote, tonto, gilipollas y to eso que ya el maestro Alberti se dice en un poemario grandioso: 
Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos.

Y como nota y sempiterna, señera ignorancia, y pese a que de Jaime se habían publicado entrevistas, estudios, y ese poema salió en diversa parte publicado, NADIE dijo, con rotundidad, que el autor era Gil de Biedma. Y no es que fuera necesario. O sea de casi 5.000 opositores a enseñar lengua y literatura española, uno sólo supo recordar el autor y título. 
Y así todo. Y esto es una nota giliolímpica competitiva de esas.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.