10 de octubre de 2013

MORAL Y MORALEJA






Sí, aún hoy los amantes se escapan de la trampa de su individualidad para caer, siquiera unos instantes, en un enceguecedor cielo simultáneo. Inmóvil el óvulo, agitado el esperma.
Azahar
Mario Satz


La moralina es esa amargujeante manera, que nada soluciona, ni hace bien alguno, con que el vecino te canta sus cuarenta, a propósito de que te gusta leer o escribir, lleves gafas, escupas contra el fútGOL como estupidez suprema, y treta del capital pa la estafa, lleves una cámara de fotos al hombro cuando te da la real gana o ejecutas y disfrutas de cualquier libertad que a nadie daña. Es la monserga de las mayorías silenciosas, de las de celestinescos pelajes, esa de los lazarillos escuendidos (sic) tras la capa o caporte (sic) del entorno de Poder y Pasta. Esa gentuza de orden que ladra sin ruidos, txacurras puros y duros, mayoría que calla y traga torreznos tocineros. La moralina es la murga y gresca que marca la legítima a su pollo o polla y viceversa, el/la que masculla decencias aparienciales y teatrales de la representación de la vida, o muerte,que depende. La moralina mata, aplasta, cercena, y sólo sirve para callar a todos, y así, silentes, silenciosos, se muerden y remuerden unos a otros con moralina barata de andar por casa. La moralina es mu de casa y parejas, mu de intimidad y patás bajo la mesa, o la misa diaria de la apariencia y la mentira.

La moral es otra cosa, debe serlo, aunque siempre la he visto vestida de mona, digo de niña mona y decente. La moral es el cómo debe ser, según la costumbre, la experiencia y la memoria, desde diacrónica o sincrónica, digo, sea histórica o de ahora, de ya. Algo, en cierta manera, acordado y que no debe machacar a nadie, sino decirle lo acordado, no lo acordonado. Norma para la libertad, el respeto debido, el amor.

En los tiempos presentes el personal tiende más, ¡dónde va a parar!, a la moralina o sus sucedáneos. Esa especie de catetecismos (sic) cotidianos, con cartelitos sobre lo que debes obedecer, acatar, ser, estar, hacer. Aparece mucho por las redes sociales en internet. Que se presta a que cada uno ponga su púlpito o pira inquisitorial, contra las personas, las máscaras. Todo muy estreñido y censor, y que machaca el yo libre que cada uno lleva como pueblo, porque su persona, su careta, lo oculta y mata.

La moralina mata, la moral libera. En ese corto trecho estriba la gran diferencia.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.