5 de abril de 2013

OVEJA NEGRA






Lo cuenta el maestro Augusto Monterroso. Y perdonen la redundancia: magistralmente. En su Libro La oveja negra y demás fábulas. Que me apresuro a instarles su lectura y aun relectura dichosas. Y no ya eso, sino la obra toda de este maestro, exiguo en cantidad y extenso en derivaciones, recreaciones, criaderos y etc. Escojo esta fábula del libro, y abajo expongo algunas de las miles de variantes de la misma, con otras enseñanzas diversas, que eso no tienen límites, como tapiz de Penélope, hasta que no venga el amor verdadero, no termina:

La Oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
    





VARIANTES MODERNAS

A

En un arcano país, éste mismo, existió, hace pocos años una oveja teñida de negra.
Fue muy votada.
Años después, la votambre arrepentida le levantó una algazara que quedó muy bien en la plaza del sol y otras plazas importantes del país.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas teñidas de negro, se les hacían inmediatamente algazaras, manifestaciones, revueltas, escraches, jurreos (1), movidas, acosos, revueltas, por las ovejas comunes y corrientes, eso sí, muy indignadas, y de esta manera se ejercitaban en el arte de la libertad y la democracia, que quedaba muy bien en el parque.

B

En un país que no tenía Estado existió hace un tiempo mediano una oreja negra.
Fue muy escuchada.
Siglos después, los oyentes arrepentidos y muertos, le levantaron un mausoleo, que quedó muy bien en el cementerio.
Así en lo sucesivo, cada vez que aparecen orejas negras, las mamás dan el mandato inmediato de lavarlas y dejarlas bien limpias, para que así los nenes y nenas se ejerciten en el arte de la higiene. Que queda muy bien en el parque.

C

En un cercado país existió, hace muchos siglos, una madeja negra muy grande.
Fue muy  bien aprovechada.
Años después los colegiales aún se hacían jerseis de lana de la madeja de la oveja negra. Incluso gorros para taparse las orejas coloradas por el frío invernal.
De forma y modo que en lo sucesivo, cada vez que se recoge una madeja tan grande, es rápidamente pasada por los moldes pertinentes para confeccionar ropas, jerséis, gorros, guantes, y sobre todo para ejercitarse en el arte de tricotar. Y quedar también en el parque municipal.

D

Lo bueno fue la guedeja que a uno le apareció de bandeja, mientras leía la fábula de la oveja negra, confundida con pendeja, puesta en colleja en la oreja, de moraleja de la vulpeja. Y que nos puso a todos muy negros.
Fuimos fusilados.
Desde entonces los de la guedeja ponen en bandeja a la oveja negra, como pendeja y le dan collejas en la oreja negra, como final de la moraleja para la vulpeja. Y para ejercitarse además en el arte de la microescultura. O cualquiera de esas artes y partes modernas digitales de nenitos y nenitas progresíes y chupacharcos.



NOTA.- Como jurreo es conocido, de antiguo, en Llerena, Badajoz, Extremadura, a lo que llaman los progres -ahora- escrache. Jurrear a alguien es llamarlo al orden de la verdad, el bien y la belleza del común.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.