4 de febrero de 2013

ZAMBUYOS





lo que dice juan de pedro
dice más de juan que de pedro
popular


En estos calamitosos tiempos, creados luego de tanta votambre y tanto gasto del erario público, por gentes muy inteligentes y muy honestas, a juicio de los mayoritarios que los votaban. En esta hermosísima época en  la que se hace creer a todos que el dinero es la solución a todo y para todo. Y no el pivote de la estolidez y de los tontos. En estos momentos -digo- cuando alguien apela a la anarquía, o sea, a construir un tiempo mejor entre todos, para todos, por todos, hacia todos..., sin opresores ni oprimidos, sin supresores o suprimidos, sin votados ni votantes, sin ricos ni pobres, sin partitócratas u obedientes, sin liberados o trabajadores; con apoyo mutuo, solidaridad, libertad real y democracia de base y ¡ya! Cuando alguien reivindica eso, siempre, invariablemente, surge el progre, o mejor, el progresí guapo que, inmediatamente, pasa a examinar, a quien eso vindica o propugna y trata de exponer, con flecos y abierto, libre, provisional, síntesis imperfecta y perfectamente perfectible, como no podía ser menos. 
Como si del inquisidor mayor se tratara. Como si fuera el guardián de las personas y conciencias. Y seguidamente procede a un ataque, todo lo personal que pueda o pudiere, para ningunear lo que se pide, para anular el mensaje, asesinando, sicológicamente y socialmente, al mensajero de la libertad. Es la estrategia que no falla para esos listillos del orden que suelen ser de izquierdas apesebradas de una u otra manera.
Suele ser la estrategia más zafia y común. Las otras suelen ser las de acosar el pensamiento libertario, y sobre todo a la puesta en práctica posible de sus anhelos, poniéndolo como anacronismo, de que eso ya es antiguo, superado y fracasado...
Por lo general suelen tener éxito las estrategias modorras y anulantes de toda esa putambre partitocrática y, por lo general, el pensamiento, ideas y programas libertarios, suelen quedar anulados, pues la escalofriante realidad impuesta suele estar en las antípodas del mismo, teniendo a todos pillados, atrapados en su magma y basura cotidiana miserable. De manera que pocas personas sacan la cabeza y ven, piensan, tocan incluso. O siquiera sobreviven en esta sociedad dada, actual y capitalista, de forma coherente con el ideal libertario. Y como eso sí es imposible, pues pasan a agrandar que es imposible, con la superchería demagógica al uso y costumbres de los falsimedios, la publicidad, con todo el aparato de deformación y asilvestramiento de la gente, para este puro espectáculo terrible de la estafa seudodemocrática y falta de libertaddes en que se muere, y se asesinan los valores o se reducen a precios. 
Suelo llamar a esos lindos progres, aventajados, zambuyos que campan por sus respetos en todos los cubiles y tronos del pimpante poder del dinero y lo político, sindical e institucional. Los zambuyos pesquisidores, poseedores de las verdades, bondades y bellezas del tinglado que mantiene el mal de fondo, o el mar de fondo que ahoga, de este sistema capitalista a tope y sin límites. 
Y esos zambuyos avellanaos son peor que el rico, los de arriba, los bancos y toa esa cochambre que hoy regurgita y viene haciendo daños de siempre. Hay algo peor que ser capitalista o capitoste, rico, banquero, político profesional..., algo infinitamente más perverso. Y ese algo es querer ser esos mismos, querer ser político profesional, banqueros, ricos, capitalistas.... El deseo de triscar y trepar, de ganar y triunfar, de acaudillar es una cosita realmente ominosa en cualquier panorama moral puesto o electo. Y en ese querer ser, en ese proceloso mar o maratón, corre toda esa caterva de progresías. Corren que se las pelan, o se la pelan de cuando en vez. ¿Cuántos millones de esos casi 24 millones de votambres del PP$OE y asimilados, están deseando pillar los sobres o sobras, llenos de pasta gansa, de dinerito fácil y de triunfos monetarios, y salir corriendo? Estoy casi seguro que todos y cada uno de esos 24 millones de siervos voluntarios, de votantes como enemigos de sí mismos, y de los demás, de almas entregadas y restregadas, para beneficio y chulangüeo del mal y de la estupidez partitocrática mema.
Por ende la solución no es ese quítate tú pa ponerme yo, que surge y sale y se práctica como lo más natural, por la boca y culo del progre y del resto y suma total. La solución debe estar en la configuración que todo este sistema de valores (por decir algo, ¿o bursátiles?) ha marcado las molleras de esa evidente mayoría enferma de ignorancias, miedos y esos odios, que les impiden ver la realidad real, tal como aquí la pongo en este espejo claro. No es que uno sea tan osado o soberbio de tener la verdad. Es que la verdad, bondad y belleza arrastran a uno. Que es bien diferente. Y lo digo en un tono e intenciones que pasan más allá de lo meramente personal y del ego. Señalo el exterior todo de mi persona y simplemente reflejo, claro. Si la inmemsa mayoría de los que votan, desean un mundo tan igual a los que nos mandan o desmandan, es que los votantes están no ya locos y engañados, sino simplemente anulados o alienados peligrosamente. Estamos, pues, en una dictadura perfecta. Que no es otra que en la que cada sujeto desea ser como el dictador, como el jefe, como el más votado, o llegar a cargo, mando, prebenda, enchufe, elección, político, caudillo...
Y de este tipo de personas suelen estar hechos esos zambuyos pesquisidores de todo lo que nombra, suena, siente, lucha, respira y aspira a la libertad, igualdad y amor, reales y no en papelorios de un estado y una administración o un gobierno o institución. O sea a promover el anarquismo como la más verdadera, buena y bella expresión del orden; parafraseando a Julio Verne, amigo personal del gran Eliseo Reclús, uno del os hombres de ciencia más grandiosos que trató de vivir la idea. Sin que por ello tuviera que sortear los vulgares zambuyos.

NOTA. La palabra zambuyo pertenece al habla popular de Llerena. Y va referida a alguien brutote, oscuro, bestia, torpe, necio, apesebrado y rancio. En fin, que hasta nos vamos empobreciendo la lengua, pues ya es de poco uso.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.