5 de julio de 2012

ZAPATA EN SUS MUNDOS, 2




AQUÍ COMIENZA LA HISTORIA VARIA DE ZAPATA EN SUS MUNDOS

En el empíreo de Llerena, lugar en que habitan los que no han podido, o no han querido, ir a otra parte, están los fenecidos que nacieron en esta urbe. Los padres de la misma, los patricios egregios, de los que soy testigo, porque siempre hay quien vea y lo cuente, y porque alguien tiene que ser. En ese estado hay comunicación e, incluso, relaciones con el mundo real llerenense del presente. Aunque muchos de los que se hallan en ese empíreo después de la muerte, que llamamos fantasmal, sin las connotaciones peyorativas de la palabra fantasma, vagan por todo el mundo de los vivos, dedicándose a múltiples faenas y existen en cualesquiera parte, ciudades y campos del globo.
En cuanto al que esto narra he de decir que recurre a artimañas como el espiritismo, telepatía, correo electrónico con los fugados de esta vida; y otras técnicas científicas para poner en pie lo contado y el estado y circunstancias de ese ultramundo.
Esto no es una novela histórica, como habrá deducido con sabiduría el lector, sino más bien intemporal, pues transcurre en el transtiempo, o en el sintiempo después de la muerte. Es sátira y hostigamiento de mentecatos.
Principalmente hemos hecho contacto con el eximio y nunca bien ponderado don Luis Zapata de Chaves, viviendo en su querida Nueva York, o en la selva Lacandona, que depende de los aires y de sus cosas.
Han salido en estas páginas dos entregas de lo que llamamos Zapata en sus mundos, y algunas más en revistas mexicanas. Esta es la tercera. Luego de haberse publicado, en un tomito que se reseñó, tan peculiar como interesante endilgo literario.
Andando uno de esos días por la imperial Toledo, me fui a encontrar con el ínclito paisano Francisco Arceo, que paseaba con Alonso Núñez, ambos doctores en la ciencia médica y dedicados ahora a devaneos diversos y erudiciones varias, ya que el tiempo lo tienen por suyo. Fue para mí un punto de temor ver sus fantasmales atavíos en el largo y cuestabajo callejón del Ángel toledano. Pero se disiparon penas y temores a la voz  varonil de Zapata que me susurró la conversación de los médicos:
ARCEO: No temas, paisano, porque sabemos de tu origen. Vienes de Llerena y a Llerena irás. ¿Qué tal allá el turismo?
PAISANO: Bueno, la verdad es que no sabría como contestar a tal pregunta. Si a favor o en contra, como dijo aquel.
ARCEO: Siempre conviene tener contento en toda circunstancia y situación. Así habréis de decir que el turismo es la más hermosa de las bendiciones y ocurrencias en las que están empeñadas las instituciones locales, provinciales y autonómicas. Si tal no hicieséis seriáis un mal hombre...
PAISANO: Bueno, yo es que creo que no tengo información sobre el asunto. Y a eso me refería. Más bien estoy a la contra. Ya que no soporto por allá las expediciones escolares durante el año, que entorpecen y escandalizan la paz del entorno, tiran papeles de bocatas y cosillas en los suelos... Y las famosas incursiones de los jubilatas que durante el año atiborran calles mirando cualquiera ventana mudéjar durante media hora. Y luego se van del pueblo dejándolo tan rico y tan igual como antes de llegar, que es pobre cosa.
ARCEO: Mal me lo fiais y que sois de la cáscara amarga y un tanto atrabiliario, amigo paisano. No sabéis que alguno compra el periódico, la famosa Guía de Julito y alguna otra quisicosa, como un recuerdo, caramelos, dulces de monjas, o una botella de agua. Incluso tabaco. Algunos dineros han de quedarse en beneficio de la población paisana.
PAISANO: No digo que no. Pero a mí ni fu ni fa. Son cosa que no me interesa. Y para tan poco beneficio no merece la carga de los gastos tan ingentes que hace el ayuntamiento en folletos, campañas, publicaciones, páginas webs, y toda la zapatiesta. En beneficio de unos particulares.
ARCEO: No conocéis el negocio. Ha de ser así ya que las instituciones han de ponerle el asunto fácil a los empresarios que se lucrarán por ello. Así han de remozar monumentos, han de restaurar obras de arte, han de publicar los encantos del paisaje y paisanaje, han de invertir ingentes cantidades en la mejora de las comunicaciones y, finalmente, no han de tener tasa para que los beneficiarios, esto es, ese sector empresarial del turismo en la zona, sea beneficiado. Ello creará riqueza y puestos de trabajo, que dará nueva vida...
PAISANO: O sea, ¿qué todo es un teatro o circo a costa del erario público para beneficiar bolsillos privados?
ARCEO: Mira que sois borrico. Ese plan de restauración del mudéjar, por ejemplo, que con tanto énfasis y pulcritud se acomete en Llerena, beneficia a todos y cada uno de ustedes. De camino se contenta a los turistas que se ven gratificados por encantos del ayer.
PAISANO: O sea que las concepciones de los años sesenta, en pleno franquismo, o la teoría Fraga de que el turismo es un gran invento son y fueron acertadísimas.
ARCEO: Y quien dijo que no, ¡mentecato! ¡Mirad que os ensarto como aceituna con este estoque que porto!
ALONSO NÚÑEZ: Teneos, don Juan. Cesad en la discusión y vayamos adelante, mirando  más el paisaje que nos une que al turismo que nos separa. Y no hagáis caso a los vivos en sus estrecheces mentales.
ARCEO: Sea por vos. Id con Dios, asustado paisano, y tened feliz llegada a Llerena, luego de haber turisteado Toledo.
Esta conversación la recogimos de una grabación en vídeo del Paisano, que todo el tiempo lo tuvo activado. De manera que también poseemos imágenes, en tal medio, de estos dos ilustres habitantes del trasmundo. Yo Luis Zapata doy fe, esperanza y caridad.

 NOTA.- Tercera entrega de la serie, publicada en Torre Túrdula, número 4. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.