9 de febrero de 2012

PESSOA


Por lo general los periodistas e historiadores, esos profesionales tétricos de la monserga turístico-sapiencial en, para, por, desde, hasta, hacia las cocoteras de la gente instruida y titulada, confunden valor con precio. Y como ambas profesiones se han erigido en servidoras del Poder y del Capital, y de to lo malo que traen, para montar el Espectáculo de su razión (sic) de ser, lo que los marxianos llaman superestructura que soporta y justifica la infractructura económica y sus cotizaciones, pues eso, que son los que ponen en enjundia todo. Y ellos saben lo que se hacen en ese servicio de chanchullear valor y precio. En confuso marasmo, para redundarlo. 
Y así lo importante de un escritor, o de un poeta, o del artista en general, no es hacer una obra valiosa, según la estética de las mismas artes, sino según los únicos parámetros del Mercado Cultural que han impuesto y supuesto. Que si no ha sido publicada una obra es como si no existiera. Y luego de publicarse se inventaron, para dar valor bursátil, aquella expresión de ser reconocida por la crítica y lectores. Con lo que quieren decir que haya sido jaleada por los periodistas, que chalanean torticeramente, como críticos sin criterios, y sólo lleno de máximas, opiniones y creencias o simples proclamas publicitarias..., o no han sido compradas por el público lector manipulado, como si una obra artística debiera someterse a una elección democrática al uso. En fin, son los abusos y costumbres de esta culturilla de andar por sus casas, que se me traen estos chuflas que me cuentan esto de la obra de Pessoa. Expresiones de mercachifles lo hacen notar: entre los papeles del poeta en busca de tesoros literarios, la frase que lo marca, como todo el estilo de la información dada. Y expurgo esto hoy; pero todo el cariz de las llamadas páginas culturales lo canta a diario, las hojas, deshojándolo, y las pantallas de la tele, las emisoras de radio, internet... Y ya se sabe de su principio de mentira repetida, que se convierte en final de verdad absoluta, dijo uno de sus maestros.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.