2 de febrero de 2008

¿CARNAVAL EN LLERENA?

En Llerena el Carnaval, tras la larga noche de prohibiciones por los políticos en mando, con mando, de mando y para mando, políticos profesionales y de cuartel, se inició a recuperar desde abajo, desde la gente sencilla, y desde lo que se llama pueblo, en su noble sentido, no de público electoral y consumidor, no, sino pueblo llano y de abajo…

Esa recuperación aconteció a mediados de los ochenta, de forma esporádica, totalmente lúdica, llena de deseos y esperanza por gente entusiasta, pueblo en marcha.

Recuerdo cuando era corresponsal de El Periódico Extremadura, como se hicieron los dos primeros carteles, de Antonio Martín Sánchez, y todavía conservo al menos dos ejemplares de cada… Luego se crea la Asociación de Amigos del Carnaval, crucial para canalizar todo el movimiento libre y festivo, espontáneo, del Carnaval en Llerena. Años de plenitud.

Y pasa lo que pasa a algo que nunca controló nadie, o no debió de controlar nadie con tanta organización y orden, siendo la esencia de lo contrario… Porque un Carnaval no se puede programar, ordenar, militarizar como si fuera evento balompédico o alguna suerte de actos ordenados y ordenantes, que vive e impone esta sociedad ordenada según unas pautas de mercado y consumo…. Que todo lo que se institucionaliza muere, todo lo vivo que se hace burocracia, y programa, y orden, y control, y espectáculo la picha, más si se arrima a institución política de fuste, entonces, si es algo vivo como el Carnaval, claudica, se vence, se avejenta pronto, renuncia a su esencia de poner el mundo al revés, se convierte en baile tonto de máscaras, cede, se rinde, se retracta (lo que Franco ni los suyos consiguieron nunca), se entrega como cobarde colaborador del mando y jerarquía, cesa en su verdad, se desprende, desiste, se aleja de los suyos, los que lo amamos, desde chicos, con los papelillos y caretas de cartón…, se retira vencido y se resigna a una mascarada vergonzosa, abandona, condesciende, transige con el mal gusto del consumo y la juerga falsa y de fin de semana, abdica, flaquea de patas y de cabeza, deserta de los que lo amamos desde lo hondo, se substrae, declina en picado y apocado, desecha su potencial sonoro en el tiempo pasado, se somete, pacta, ceja en ser revulsivo de los de arriba, al menos un tiempo, para hacerse maricona de cotilleos a los de abajo, con los de abajo y maltratar inocentes, haciendo el caldo gordo al poder, siempre su enemigo, siempre, y finalmente abjura cargao de dineros y prebendas, como una fiesta más del calendario oficial de los que imponen. Y esos lo han hecho un zombi, un muerto viviente, una momia, no un Carnaval. No el carnaval.

Esto está escrito en todo momento pensando en una de las personas que en Llerena sostiene la llama viva del Carnaval. Bien sé que él querría pasar desapercibido siempre, uno más…, pero es que es el uno más, por antonomasia. Le dicen Catachín, y su nombre de pila Antonio...

En fin, a qué decir mis ascos al llamado Carnaval de Cádiz, o fiestas carnavalera gaditana, de corte tan sumamente conservador, castrante, cuyo mimetismo, por parte de la gente, por la cosa mediática de la tele, ha terminado con la idiosincrasia propia del Carnaval en no pocos lugares. Entre ellos Llerena, que no ha sabido mantener sus características propias y autóctonas de la tradición carnavalesca que en nada se parecía, ni era, la gaditana. Sabios hay en cómo era y recupérese ese patrimonio, si se puede. Hagan un taller, como pal mudéjar u otros asuntos, u ordénese por grupo de estudiosos con fondos del CEDER, que diría la sorna carnavalera de antaño…

Pero nadie se extrañe, que al carnaval lo han matao jarto de Mercado, Espectáculo, Capital, Tele y Cai-lo-mejón-der-mundo, no ya en Llerena, sino en este país. Se ha convertido en fiesta oficial, vacaciones, programa, espectáculo, función, gala, acto, fasto, fauto, ceremonia, desfile, deporte y circo y teatro Falla, que debería ser follá, de la mala.

La libertad no es eso.

NOTA BENE: No suelo comentar nada relativo a la población donde vivo, o casi. Espero que mis paisanos sepan respetar mi criterio, que no está sólo ni es único, en lo personal. Y si disienten y lo quieren expresar, que se limiten a eso, a argumentar los errores que pudiera haber en mi crítica. No a atacar mi persona, como suelen hacer con los mensajeros, en vez de atender al mensaje y su verdad.

Ilustración de Milo Manara

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.