SONETO EN ARANJUEZ

escribo como sueño siempre en noche
y sueño como escribo estos renglones
retorcidos de un dios como carbones
encendidos de fuego en el trasnoche

prendidos arderán a troche y moche
y sin sol como soles eslabones
de cadena y condena corazones
alumbran con su luz en el derroche

escritos y prendidos como tea
una noche tras otra en ola y ola
con los aciagos días de la marea

y jornada feliz de carambola
con sus luces y sombras de pelea
sueñan en lo nocturno batahola

Mañana parto de Aranjuez, sin haber hecho el poema que merece Mariblanca, tal sólo una bulla interna que a veces se manifiesta como risa, o sonrisa, y que pronto será palabra y poema. Seguro. Como fruta otoñal por más preciada. Y ya hablaré de la asistencia a acto que ofició el poeta Tomás Segovia, en uno de estos palacios reales, y de realidad patente. Toda una fiesta para mí y un lujo. Ya veremos...