10 de mayo de 2007

EL HEREDERO


Pero estoy en ello, en hacerle un soneto en onda, en espiral, en retumbe, en resonancia, repetición, imitación, repercusión, sonoridad, voz, altisonancia, rimbombancia, retintín, estrépito, rumor, y acústica acorde a tan alto designio, o en marea imparable, para que se lleve tos los votos.
Sí, se merece un hermoso soneto en bombo y platillo. Que si pudiera duplicase los votos para que se atiborrara, se atracase, se hartara... ¡Qué marea!, un tifón, un maremoto, un tornado, una tromba, un turbión, y en definitiva, una tempestad de votantes tempestuosos es lo que necesita para alcanzar el mando supremo en la Junta. Y un soneto hecho con esas mimbres es tarea dura, comprometida, difícil. Porque uno se siente poca cosa al lado de las jarcas de ese marea mareante, de ese torbellino humano de apoyo al jerarca y al mando... Pero todo sea por el heredero. Todo. Alia iacta est. Y, ¡al soneto!

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.