6 de febrero de 2007

POETA EN LLERENA, 2

Amalio Rodero
Poeta en ostracismo

El rapsoda Amalio Rodero Barrera nació, por testimonios de familiares y amigos, en Llerena, de lo que no tenemos certeza, al saber que su acta de nacimiento en el registro civil fue destruida, una vez que fue asesinado, por gentes inciviles y africanas, en agosto de 1936. Aquella misma bárbara gentuza quemó su constancia como bautizado en la parroquia del apóstol Santiago, de Llerena.


Era poeta y sumaba a ello sus artes declamatorias y su enorme capacidad oratoria. Dicen, los que le conocieron, que era hombre pronto de ingenio y de palabra fácil y enjunciosa, lo que le ocasionó, en un medio como Llerena (Badajoz), múltiples envidias soterradas, pese a su modesta procedencia, ya que su padre era un humilde oficial de albañilería, inserto en la tradición mudéjar, y su madre sastra de ropa de caballeros. Desde bien temprano colaboró en diversas publicaciones efímeras de la vanguardia poética de los años veinte, ya que pronto se trasladó a Madrid. Parece ser que fue, durante un curso, compañero de algunos de los escritores y artistas célebres de la Residencia de Estudiantes. Así consta en la nómina de los residentes aparecida en el número uno de la revista Residencia, en 1927, un ejemplar de la cual fue encontrado en la casa que habitó, en Llerena, su familia. Prueba son también sus sonetos dedicados a Federico García Lorca, que conforman unos ingeniosos artificios verbales, de una perfección rayana en lo sublime, donde nuestro vate explaya un humor poco corriente entre los poetas de entonces, todo a costa de Federico y de sus cosas de andaluz granaíno. Lo cual es sorprendente pues aparece un personaje caricaturesco en extremo y bien diferente del mártir de Fuentevaqueros, con sus ínfulas homosexuales y su cojera de la pierna derecha, que ocultaba como una lacra y también por coquetería. Un ser tragicómico, como lo fue en verdad, el poeta aceitunado. Los sonetos, cerca de 250, están reunidos con el título de Gracia Loca. Lo sorprendente es que hayan pasado desapercibidos a la crítica especializada tantos poemas espléndidos como Amalio Rodero publicó, y en lugares tan destacados como La Gaceta Literaria, el diario El Sol o la revista Hora de España. Aunque, como buen ácrata, se prodigó más en medios libertarios, sin concesiones al panfleto.


Íntimo de José Bergamín, que ya era difícil, y, al decir de quien le conoció, enjuto y flaco como él, y de ese humor de perros dado a la ironía cuando no al sarcasmo hiriente y provocador de los cretinos de entonces y de siempre.


Debido a problemas económicos tuvo que retirarse a Llerena (Badajoz) sobre el año 1932. Dio a luz un poemario, Pueblo, impreso en Grandizo, en donde aparecen sencillos, cortos y claros poemas de una luz poco corriente, de temática sencilla, de verbo rico. Sucesivamente fue perdiendo el contacto con Madrid y con los círculos donde destacó con claridad propia y genial. Dicen que se debió, en gran medida, a su sátira del poeta Antonio Machado, que fue muy celebrada en 1934 en un diario anarquista, escrita en impecables octavas reales, y que a don Antonio y a sus gentes no alegró nada, y lo acusaron de hacer pinza con los del bienio negro. Un infundio más de siniestros y diestros, de los que fue víctima Amalio.


En Llerena no lo conocían ni en su casa a la hora de comer, entre otras cosas porque no siempre se comía a una hora, si es que se comía. Le tuvo gran inquina un triste concejal llamado Antón Martí, cabezón y manco, y un brutote local de nombre Cremen o Tremen, según buscan en el olvido sus deudos. Dos razones motivaron el odio que se le dio: su entrega a la poesía sin cortapisas y su gracia en exponer la verdad. Algo realmente insufrible en todo tiempo, y máxime en aquellos oscuros de enconos, antesala de la mal llamada guerra civil, porque toda guerra es militar, que se sepa.


Murió, o mejor, lo mataron, relativamente joven. Fue fusilado, como hemos dicho, por aquella gente levantisca y cruel, mercenaria y poco amiga de poetas y pobres, risas y alegrías. Dicen que el tal concejal Antón y el Tremen o Cremen participaron en el evento matador. Se ignora dónde está enterrado, si es que lo fue.


Su ingente obra está desparramada en revistas y diarios, por las hemerotecas. Algo en la memoria colectiva. Sólo se conserva un ejemplar del libro Pueblo, los sonetos a Federico con el titulo de Gracia Loca y dos ensayos inéditos, aparte de sus cuadernos de notas, con el título general de Plenilunio, y una serie de cuentos muy breves que se reúnen con el título de Motetes, entre los que destaca El dinosaurio. Ofreceremos, en su momento, una breve antología de todo ello, para que admiremos los valores incuestionables de un escritor que vivió como tal y como tal lo mataron. Ya que ni el ayuntamiento o instituciones como la diputación provincial han allanado caminos para la publicación de uno de los grandes poetas extremeños del siglo XX, como lo fue Amalio Rodero Barrera. Eran tiempos funestos. Dejó una hija, habida de una amante gallega, con la que convivió en Madrid, llamada María, la cual reside en Méjico, y a la que, de momento, nos ha sido imposible localizar, ya que sabemos que tiene mucha documentación de Amalio, obras inéditas y proyectos que cercenaron la barbarie y el odio. Estamos por la reivindicación de la memoria de tan eximio poeta, de hacer una colecta para editar sus obras completas si fuere necesario. Que pronto las veremos en librería. Aunque sea, nada más, en tirada corta. Que ya se encargará el destino de poner a cada quien en su sitio.

NOTA.- Como una de las pocas imágenes del autor, reproducimos un retrato de Amalio, atribuido a un Dalí muy joven, con quien tuvo un cierto trato nuestro poeta. Está pintado hacia 1921 e ilustra esta etopeya del escritor.


NOTA BENE.- Estos estudios sobre los poetas contemporáneos en Llerena han sido publicados todos, en su día, en la revista Torre Túrdula, de grata memoria. Iniciamos aquí, en este blog, la serie con la etopeya de Consuelo Galatea Pérez. Y continuamos.

2 comentarios:

  1. Anónimo2:35 p. m.

    Por fin lo veo
    y es esupendo.
    Pilina

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  2. Anónimo4:57 p. m.

    Pos claro que está mu bien, Pilina, pos claro. Ya era hora. Tiene mucho trabajo.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.