17 de abril de 2017

LIBROS BARATOS PAISA




Un fenómeno estupendo, maravilloso, verdadero, bueno que está ocurriendo por esto de interné son los libros buenos al alcance de casi cualquiera que los quiera. Y no me refiero a los libros digitalizados, qué también.
Me acaban de llegar tres joyas hoy por paquetería de Correos: Dante y el Islam, del admirado y querido siempre Miguel Asín Palacios, Miradas al lenguaje, del poeta Tomás Segovia, que se fue hace poco... Y ese estudio que husmeé alguna vez y que ahora se pone a tiro, sobre mi querido Luis Martín Santos, el autor de Tiempo de silencio... Vidas y muertes de Luis Martín-Santos, de José Lázaro.
Y si traigo la lista de los de este mes se puede pasmar. No es que escriba esto para dar pasmos o envidias o mira qué listo y lector soy, como piensan mis enemigos, que por lo visto los tengo sin afán de quererlos.

Hablo de buenos libros y de pocas gentes. De libros que estarían en el catálogo de raros o poco atendidos. Hablo no del gustambreo lector, sino de otra cosa más viciosa y lo mismo hasta con cierto sentido que explican mis cárceles, mis limitaciones, mis afanes y ese campo de soledad que me crean ante los otros. No ya el rematar la biblioteca de Asín Palacios y leer lo que me recolgaba finalmente. No el hacerme con restos de libros del poeta y profesor Tomás Segovia. Pero en prosa, porque en poesía la tengo completa y dedicada, de su puño y letra, en un encuentro con él sobre 2007 en Aranjuez. Aunque me llega uno posterior, Sonetos Votivos, 2008 y fuera del total que leí, con lo que lo remato. 
Pero por cuatro perras me compro De fiestas y aguafiestas: risa, locura e ideología en Cervantes y Avellaneda, del maitre James Iffland, algo que promete juerga y sabiduría y que buscaba desde 1999. Y de una Biblioteca Irremediable murciana me allego con la Historia del eremita, una primera versión de Escuela de mandarines, del supermagister don Miguel Espinosa... Poesía busco toda la que no paladeé de la amiga, que la muerte arrebató en estos inicios de primavera, Isabel Escudero y me regalo Digo yo. Ensayos y cavilaciones, prosa dura y pura de mi amada poetisa, pues que parece ser que lo leí y tengo todo. Simulacro de Sortilegio, poesía completa, de un tal Emilio Adolfo Westphalen me lo apaño por tres euros, más dos de gastos de envío, nuevecito y para ver de qué pajea este poeta del que leí cositas sueltas y no acabo de pillar, aunque ese manifiesto repudio del yo poético me subyuga y retrata. 
Así que ya tengo lecturas para los momentos de ocio o vagancia, que mis enemigos dicen que soy un vago integral y caradura, oye.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.