25 de mayo de 2015

EULALIA LA BROCHONERA






Puedo decir bien alto y claro que fue una de mis maestras preclaras. Sin mucho tiempo ni murgas de clases. Sino su vivo ejemplo, vida, palabras parcas y certeras.
Se llamaba Eulalia y la conocí viviendo en la misma calle en que vivo hoy en Llerena. Todo el tiempo la recuerdo arreglando sillas de eneas, haciendo brochones para blanquear y escobas de espartos diversos. Recuerdo vagamente que hablaba mucho con un pariente,q ue creo que era su hermano, y que se llamaba Graciano, del que decían que fue el último alcalde de la Segunda República en Llerena. Que vivía en El Coso.
Me estoy remontando a una memoria de cuando tenía de siete a diez años. Doce como mucho. En invierno y en el salón.cocina grande de la casa, en un rincón, ella trabajaba sus cosas de sillas y escobas y brochas. Fue por aquel tiempo cuando su hijo compró una tele. La primera tele que vi en mi vida. La casa era ajetreada, como de doce o quince niños y niñas que la hija de Eulalia y su marido tuvieron. aquello fue impactante. De pronto, creo que fue por el telediario, apareció Franco en plena potestad en la pantalla gente de aquel televisor. 
Eulalia la Bochonera miraba de hito en hito la aparición, y de pronto se levantó, se atusó el vestido negro sobre el escuálido cuerpo y gritó más o menos: ¡Canalla, asesino, criminal, que mateste a mi marido y a mis niños, canalla ven pacá si tienes cojones!.. Ante eso los chavales que estábamos ya para irnos y a los que el telediario no decía nada, quedamos sorprendidos. Bueno, no recuerdo los otros con claridad. Me parece que fui el único que fue realmente consciente del diálogo entre la señora Eulalia y el mandamás televisado.
Le comenté esto a mi madre, que me contó que no lo dijera a nadie, que eran cosas de la vieja y que lo mismo el marido murió en la guerra aquella que siempre mentaban.

Mañana lo perfilo.

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