INSULTANTE

Hace más de treinta años escribí una novela, Reverte Metamorfoseado, que debí promover y publicar en mejor medio que el que hice. Hoy las visiones de aquella historia, una de aquellas historias que la vertebra, se hace realidad en Grecia. Considera, alguna base ideológica en mi novela, o de ideas en ella, el Capitalismo como un sistema que lo prostituye todo, desde el cuerpo humano, sus funciones, las ideas, incluso los sentimientos... El Capitalismo es algo horroroso, por sí y por no, ya no se sabe. Y la escribí siendo muy jovencito; pero con los criterios muy maduros, tal como la realidad me ha cerciorado. El Capitalismo y sus detentadores como chulos, proxenetas, barbianes del puterío.

En aquella novela uno hacía parodia trágica de la decisión del Gobierno, cualquier Gobierno, para superar la crisis económica, una de las crisis más de la historia: vender todo lo que era arte en to sentido, todo lo que era bien, en todo sentido y traza. Desde pinturas, iglesias o playas, campos, selvas, paisajes, coños, falos, cojones, cuernos, vino y pan... Todo vendido pal turisteo con pasta o pal personal con pasta. Sea el turisteo alpargatero y pudiente, sea el millonetis, cucufato y criminal. La cosa es vender, poner el material bajo el falo penetrante del Capital y pa su gustito y el de su jarka trajinera y castiza, o sus costumbres güevudas sexuales, para su gozo y la matraca de los más, que quedan fornicaos, jodidos y destrozaos, baldaos sin posible recuperación y en un putiferio. Por cierto que esta visión ya aparece cruda en una de las obras mayores de la literatura española, que no se lee, porque el personal lee memeces en inglés, por orden gubernativa. Todo esto de la vida y del cuerpo, de la riqueza y recursos como un enorme prostíbulo, más bien para yanquis babosos y socios de vario tipo, es visión que se oferta en La Celestina, al detalle y Celestina como la ideóloga mayor del putambrerío Caspitalista, avant la lètre, oye. Ahí me veo a las payinas estas babosas de barrio de capital o pueblo en atenores, que viajan mucho y hablan inglés y se dan marbetes de mundo, tan al uso cada vez más, en playas que no merecen, con tipos fascistas y ricos, y con chalets a la misma verita del mar, pa soltarle bien sus mierdas. Y alabar al payo que la berraquea vil, como un tipo de mucho gusto e inteligencia, que ellas no andan con tontos, sino con listos, y a sus amigotes arquitectos y artistas, que son guais, haciendo casas y chalets al mismo lao del mar o encima, o con toa la playa suya pa triscar y ventosear con ruidos a tope. Pos que la crisis es mu mala y se permite todo con tal de que haya trabajo y pan racionao y pringao y circo programao, oye tú. Y ellas contándoselo a las otras que no pueden ir al fornicio consumista con los mendas que las otras van..., y tiro porque me toca. Y no digamos nada del mariconeo industrial, pues que el mariconeo como fuerza motriz del Capitalismo Turístico se ha vuelto la revolución de to esto. Que quien piense que el mariconeo es revolucionario, libre, igualitario o solidario está más errado que cabra en garaje y le darán porculo a tope. Entre la mucha gente que irá a comprar playitas a Grecia y sus islas encantadoras, está el ganado gay a tope, pues que goza de gran control y manejo del Capitalismo sin piedad. Y los detesto, no por maricones, sino por nazis-pogres los más, y ahí les pongo rejón de muerte en toa la cresta loca y loqueras. Que a mí quien venera al matriZmonio y to eso no es trigo limpio en libertad, igualdad y amor.

Lo único que lamento es que aquella novela, publicada con los dineros de una herencia abientestato, de una condesa, y que el ayuntamiento de Llerena administraba, que a buen seguro fue el único gasto justificado, de los muchos millones que se dedicaron a otras cosas sin rastros. A fondo perdido, como lo más que se gasta en este puto país para lo que llaman cultura.

Como escritor comprometido con mi arte, como poeta cabal, y no de cucufeta publicitario y atenores trepas, fui visionario de largos alcances. Y ver que la realidad me da razones de advertir contra la maldad humana, contra la estupidez de la pasta y del dinero, contra la mentecatetez de los turistas y sus negocios, sus maldades, in se y per se.

Pero esta noticia no hará reflexionar a la gentuza, abotargada en la dinámica de tener más, ser más que..., comer más, cagar más, vomitar a tope, triscar más, esa gentuza votambrera necia toda, que es -en última instancia- quien permite todo esto y más si pudiera.

Y es que el putambreo es la esencia del coco de todo nenito, progre/pogre sobre to, que no tiene valores de otro tipo que oponer, sólo le han elaborado intereses, de clase o pasta, o como los llame, pero a imitatio del Capital y del fútGOL. Por ello decir NO a todo esto es de pocos, de personas que tenemos un fuerte recurso de valores de libertad, igualdad y amor, sobre todo amor real y solidaridad. Pero la chusma anda suelta, votambrera, necia, asilvestrada y atea, eso sí, los nenitos de hoy abundan en eso del ateísmo, adorando dioses de palo, que irían desde el cubata hasta la playita privadita, el follambreo, er drogoteo pa na y por dolor y huida, siempre como pulsión consumista de toma&daca, jamás como vida y gozo, y to eso que los nenes&niñas disfrutan y consumen, o jozan, más bien, como cochinos o guarros en celo y gordos, guarryGord@s, en playas de pago griegas o andaluzas, a no tardar, o arameas si las hubiera. Ofertado por al Caspital Pimpante.

Y decir ya que la movida llamada crisis no lo es, es un ajuste duro, una estafa, la oportunidad de que el Capital venza todo y total pa siempre, si un milagro no lo evita, y ya no hay milagros pues no se cree en dios. Convertida la tierra toda en un inmenso y gran prostíbulo a tope. Que esa es la meta de la ideología capitalista. Lo mil veces peor que todo. Y no exagero nada. Me queo corto, oye, Falote. Y nunca insulto si levanto acta del acto, digo de la realidad real. Que eso de que insulto es la treta de los malos para anularme, de esos tontos del orden impuesto que les priva y suliveira. Y saben que si te llaman insultante te matan, te fusilan pa los restos, o rectos rectores y reptores, que depende.