29 de enero de 2014

PROFESIONES INHABILITANTES






Parto de un concepto de Ivan Illich, el de profesiones inhabiltantes. Tal como lo interpreto: aquellas que no ayudan a que el ser humano sea libre, igual, solidario: las que no ayudan a la verdad, bondad y belleza. Las que no hacen sabios, entregados y valientes y con todo el amor que dar se puede, y recibir se sepa.
Hablo de profesiones como policía, periodista, abogao, político, médico, docente...; y sus alrededores. Todas profesiones de prestigio social. Todas ellas canalizadas por el Poder y por el Capital, en sus mímimos detalles. Todas igualmente tramadas como modos de dominio y de lo que debe ser según la gente de arriba y arribada a ese estado. O, si se me permite decirlo clarito: todas bajo la ética dominante, el lo-que-debe-ser según interese a lo que llamamos sistema. Que no es nada etéreo ni evanescente, sino todo aquello que sirve para mantener la esencia de los valores de esta situación. Valores muy difícil de mover ni siquiera una milésima de milímetro. Por ende cuando uno ve esas algazaras por la calle, el voncingleo y el patuleo, el sarao y el jaleo de manifestación, marchas y todo eso. Uno sabe que todo está en perfecto orden para ese ordenamiento interno de los que se echan a la calle; pero no salen de sí nada para eliminar esos valores. ¡Ya basta de manifestaciones y formas de lucha obsoletas!, inútiles y con trampas, diría. Hace falta pensar. Pararse y pensar. Y decir a los que se manifiestan que más les valiera reflexionar sobre todo eso que no quieren, y decidir, mediante un proceso racional, basado en libertades, igualdades y solidaridades, pensar y plantear qué se quiere. Y pasar a la acción sin prisa y sin pausa alguna.
Verdad es que escribo esto en mi casita, sentado cómodamente ante este ordenata, y con el suficiente calorcito para sentirme muy a gusto. Además suena una música, que llamaríamos de ambiente, que aumenta mi estado de bienestar. Y por favor, cuando escribo estado de bienestar no aludo, ni de lejos, a esa gilipollez que los falsimedios airean de estado del bienestar. No es lo mio del, sino de biesnestar. Porque si es Estado no es del bienestar ni del bienser
Pasar a la acción no quiere decir que nos pongamos a poner bombas o tracas, o se tome el palacio de invierno. Sino aunarnos en acciones concretas, como una llamada universal y total, con el tiempo suficiente de campaña para que la mayor parte de gente haga lo que se llama desobediencia (lo de civil sobra, pues no somos militares). Desobediencia a pagar el recibo de la luz más inmediato, la cuota de la hipoteca, los impuestos directos... Para mí es eso pasar a la acción. Con que lo hiciera la cuarta parte de gente que habita en esta país sería contundente, una auténtica debacle por las alturas. Y quien dice eso dice cositas más simples, como actos de sabotaje diverso. La imaginación es libre.
Por lo menos todo eso formaría a la gente en algo que manifestaciones y saraos similares no hacen: sobre todo en el poder de la acción unitaria, el debate sobre esos valores que desde arriba nos quieren imponer, contando con que estaremos quietecitos y obedientes a sus decisiones. Por mucho que pataleemos y chillemos, calle arriba y calle abajo, dándonos la barrila a nosotros mismos contra nosotros mismos.  
El camino es muy largo, los profesionales esos, que indicaba al inicio, son los guardianes de la forma del ser del Estado y de su Capital. Aunque no lo sepan ni lo quieran. Incluso ese Poder y ese Capital los conforma y les da su ser y estar adecuado, sus valores y precios bien tasaditos.
Romper, cambiar, variar, hacer saltar en pedazos para ser y estar mejor, en una sociedad libre, justa, solidaria, es el reto. Un reto que escrito así parece memo, como predicación en un inmenso desierto de sordos, llenísimo de gentes vociferando, unos contra otros, y nadie atendiendo a nadie. Muy similar al fútGOL ese, oíga.
Esto no es más que un estado de reflexión; pues la reflexión es prioritaria y esencial de toda acción eficaz, sensata, libre y solidaria. Y esto es lo que hace falta hoy más que todo. El Poder y el Capital han quitado a la gente la capacidad de reflexión sobre la realidad. Y tanto es así, que la gente se tira sobre los que reflexionan y los mata. Pues se puede matar de muchas maneras, sin duda.


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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.