15 de septiembre de 2013

CIEN AÑOS DE MAYORÍA SILENCIOSA







Y alguien va y viene y ve argollas colgando
de los ladrillos de la pared,
el potro vil de las torturas,
los pperros hambrientos de Su Majestad.
Gabino-Alejandro Carriedo
Capítulo medieval,
Política Agraria, 1963




Desde luego debe existir una mayoría silenciosa, no lo dudo. Esa que está en un estado pasivo. Que ya se sabe, como dice el dicho popular, que quien se calla jode al que habla, y por la boca muere el pez, y la paz, digo yo. Pero más que silenciosa, acá me voy a referir a esa mayoría silenciante, en activa forma y modo. Esa que asesina y calla la libertad, igualdad, solidaridad y permite con su imposición de silencio la muerte de tanta gente, en vida, tanta injusticia, permite tanto mal con su silencio y la imposición del silencio como norma de muerte, ya que de vida para ella. Esos muertos vivientes que matan todo, incluso se dañan a ellos mismos, en una actitud masoquista pervertida. Y tal vez el consuelo del recuerdo de esa novela mal entendida y que hoy alumbra todo: Cien años de soledad, que daría lo mismo que Cien años de silencio. Títulos que, como otros muchos de la literatura de nuestra América, está tomado de un verso del gran Góngora. Un perfecto silenciado y asolado por la ignorancia, el miedo y el odio, no ya a la poesía que es verdad, bondad y belleza, sustituida por la superchería sentimentaloide o sucedáneos, de gentes impostoras. Todo un símbolo, un revuelo de la mente y la imaginación.
Esa chusma silenciada, o callada, más que silente o silenciosa. Esa gente mayoritaria, abotargada y mala. Aunada en el voto al PP$OE y apoyo a todos sus entornos. Esa gentuza no merece respeto alguno. Sobran motivos, razones, hechos, demostraciones, cargos y pruebas de carga... Sobre todo no merece respeto quien no se respeta. Y tampoco es que falte a respeto alguno, ni debido ni indebido. Sólo defino, analizo, pongo el espejito delante y sale lo que sale.
Toda una pléyade de ignorantes mirando el culo a un tunante, que es lo que decían los castizos de la misa antigua, antes del Vaticano II, respeto a como de decía y hacía la misa. Con todos los creyentes mirando a oriente y el mismo celebrante también, pero al hacerlo les daba la espalda, que el vulgo llama culo. ¿Tal vez al vulgo insulta con eso al celebrante antiguo de la antigua misa? ¡Quién sabe!
Uno no puede ni debe hacerse el sueco, el sordo, el necio, que es lo que desean los de a caballo. Y así esos que son de la masa y misa y mesa silenciosa dan dentelladas de muerte al vecino, atizan a quien tienen al lado, la montan a bocazas con cualquiera que se note poco afecto al régimen de cosas imperantes. Esa chusma silenciosa nada respeta, nada es, pues sólo es algo quien es persona, y el ser persona es meramente individual, no se puede sumar. No se pueden sumar las posibles virtudes. Ni se pueden sumar las verdades, las bondades, las bellezas. Como cree el gentío. Ya Machado dice que es imposible sumar voluntades, referido a su desprecio por la interpretación de la democracia como suma de ello.
El personal mayoritario y silencioso cree que la democracia es la verdad, la bondad y la belleza, y la suma de toda virtud. Y que lo que decide la mayoría es lo único incuestionable y verdad absoluta. Una especie de dios. Y de esa especie de dios es de la que hay que ser ateo total, libre, verdadero, bueno... Si acaso sirve para algo la llamada democracia es para elegir a gentes que sirvan al común, se encarguen de lograr normas que nos hagan más libres a todos, iguales y solidarios, y por un tiempo limitado, y con limitaciones, que en manera alguna serán prebendas. Y punto. Es un mero sistema de organización de los servicios comunes y su buen camino para todos. Con las regulaciones pertinentes que llaman leyes, normas. Y nada más.
Ser elegido por democracia no da patente de corso, ni prebendas, ni significa nada especial para nadie, ni debe ser chollo o mando supremo, por encima de todos. Gentes perversas han sido muy votados, en la llamada democracia: desde Felipe González hasta Hitler, Aznar, Musolini, Obama,  Rajoy, RuGALcalva, Rosa Diez y un largo etc., que incluye a casi todos los electos en estos años treinta últimos, todos corresponsables, de una forma u otra, de la debacle y de la estafa que nos asola. Incluso Franco era aclamado por mayorías democráticas en todos sus estamentos. Que no me vengan con milongas. La democracia no bendice nada ni es nada si no respeta al máximo, y para todos, los principios inalienables de libertad, igualda y solidaridad. Con órganos reguladores independientes de los ejecutivos, que no es el caso -ni por sueño- en España, donde los jueces son lo peor de lo peor contra la libertad, la igualdad y la solidaridad, por sistema carcamal que usan y viven. Y no hay democracia que respete eso de derechos elementales de la gente, que son siempre de uno en uno, de individuo en individuo, jamás en masa..., ni siquiera en su mínima parte. Menos en esta España de estos treinta y tantos años últimos, en que se ha despachado, por la publicidad engañosa, el periodismo colaboracionista, y toa la patulea de profesionales de la cosa, como democracia. Hasta que saltó la verdad y alguien se dio cuenta de lo obvio. Era virtual, sucia publicidad, telele diario y truco del almendruco de periodistas y publicistas, aunados a políticos de garrafón, sindicalistas y demás bestias, de que era mero timo, matute, enredo, mentira. 

Seguimos lo mismo, porque la tontería silenciada, ¿o era silenciosa y no tontería sino mayoría?, lo acepta en su perverso masoquismo de borregos.

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Hay algo que se llama libertad, y que debes ejercer libremente. Así que distingue bien entre las ideas, los sentimientos, las pasiones, la razones y similares. No son respetables; pero cuida, que detrás hay personas. Y las personas, "per se", es lo único que se respeta en este lugar. Muy agradecido y mucha salud. Que no te canse.