31 de agosto de 2013

MALTRATO Y LIBERTAD





1
que va a ser una cosa de matemáticas, me lo temía, o sea, de cajón de madera de pino..., resulta que todos los resultados electorales dan la victoria a esos dos aunados en uno, que llamo la PP$OE, y todos sus poderes sindicales, sociales, culturetas, bancarios, empresariales, mafiosos, chulescos, económicos, televisivos, internéticos, mediáticos..., to pa ellos y sus entornos
2
y resulta que esos mismos que votan y aúpan y apoyan nos tienen bien jodidos y fostiados y maltratados, evidentemente con la venia y el apoyo de su votambra, y al mismo tiempo se joden y fostian a ellos mismos
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todos los estudios -a pie de calle- nos dicen y certifican que la votambra es masoquista, pues, de un masoquismo enfermizo y corrosivo, que, de rebote, nos machaca a los que ni votamos PP$OE ni andamos en ningunos de esos vericuetos de entornos de la misma PP$OE
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y resulta que lo que más vota, con frenesí, denuedo y ardor a eso, la PP$OE, son mujeres..., las razones se pueden adivinar: que si el síndrome de estocolmo, que si el practicismo, que si el amor es ciego, que si...
5
y si escribo esto es porque estimo que hay que comenzar el abandono del votambreo a la PP$OE ya, y las mujeres deben ser las primeras en hacerlo, marcando el paso y el camino de la libertad, la igualdad y el amor
6
como debe ser

TRUHANERÍAS DEMOCRÁTICAS







Segurito que Obama, ese hombre de negro corasón, ha sido votao por millones de gentes, entre las que hay de varios colores, modos, formas, ideas. Segurito que mu preparaos, inteligentes, ricos, guais, que hablan incluso inglé mol bé.

Y asimismo al menda Obama le ha sido otorgado el prestigioso premio Nobel de la paz.

Así que por esas dos cositas el señor Obama es un dios y todo lo demás una mierda. Asimismo como todos los que estemos contra él, como simple asesino y criminal contra la humanidad, por rotundas pruebas absolutas, como casi todos los presidentes de la cosa yanqui en imperio o Mando Supremo.

Lo cual demuestra que eso de la democracia sí que es imposible, es falacia o algo falla, y del Nobel pos que to es mero espectáculo cutre y mentira.

¿Ok?


ARTE LIBRE, CULTURA LIBRE








Vamos a ver, un zapatero remendón pone su negocio, lo hace bien. Si le va mal no se le ocurre ir a la administración a pedir o exigir una subvención, claro; o si ya la gente no va que a que se arreglen zapatos, no sale con la petenera de que la administración ha de apoyar al sector.

Un albañil, de los de verdad, que lo hace con arte, si no tiene trabajo no se le ocurre ir a la administración a que le den una subvención para desarrollar su arte, o artesanía.

Un hortelano tampoco, y hablo de los auténticos, no de los que han convertido lo que era la horticultura en industria, ni un pescador, labrador, impresor...

A un joyero, de los que curran oro y plata, piedras, diamantes. ¡Jamás se le ocurriría ir a la administración a pedir una ayuda subvencionada para hacer sus cosas, porque la gente no consume y eso es un arte que no puede morir y estar abandonao!

Y así podría estar mencionando decenas de oficios, trabajos, artes, que funcionan y viven y hacen y se desarrollan, porque sus ejecutantes lo hacen posible, con el valor de sus ejecuciones. Y si nadie los usa, compra y acude por nada, lo dejan y a otra cosa; pero no acuden a la administración exigiendo apoyo total (aunque debo admitir que hay caraduras que sí lo hacen con artesanías y demás, que la subvención ha ido entrando como una plaga y costumbre).

De esta manera quiero denunciar mi absoluto rechazo a gentes que recibe subvenciones porque hacen artes, dicen ellos, o artesanías, y que si cuestan mucho, dicen ellos, y que si es obligatorio del erario público subvencionar, dicen ellos y que si no eso se muere, dicen ellos.

Si lo que hacen vale, es valioso, es arte de verdad y veraz, y si hay público o gente que lo ame, ya le pagarán lo que deben, si lo merece, que si no se convierte en todo esto del arte y la artesanía subvencionada, con injusticias clamorosas para con otras actividades sociales y artísticas, en igualdad, que hacen -hacemos- otras personas.

A mí no se me ocurre, ni por mientes, exigir, acudir, trincar del erario público, ayudas para escribir poesía, u otra cosa, o para pensar, que también es arte, o para hacer fotos, pinturas y lo que me pete. ¿Qué hay ayudas para eso, ¿se pueden dar con justicia, libertad, igualdad y amor? Y como sé que la respuesta es NO, pues niego toda ayuda, por viciada.

Y me atengo a la libertad del trueque, a la de que si alguien me paga por algo que hago, perfecto, si ese algo lo vale y ese alguien lo necesita de alguna manera, ya me lo comprará.

Pero no lloriqueo y chantajeo de que si no me ayudan con subvención la poesía desaparece. No se puede hacer y todo eso que dicen cineastas, teatreros y demás artistas de farándulas y saltimbanquis con caradura tremenda. Que encima de todo conforman un arte y una cultureta dominada y vulgar, que baila el agua al tinglado y la estructura mojigata y de opresiones que el Poder y la Pasta imponen. Son la fautores del circo montado como cultura, que mata conciencias, vidas y todo lo lamina. Si la gente no paga lo que cuesta ver una obra de teatro, pues no se hace, hasta que la gente la pague o quiera pagarla, porque la necesite, y así todito lo que llaman cultura y no es sino circo de poca calidad, como la gente.

De lo contrario todo se está muriendo de subvención, apagado por la pasta de Arriba.


BARZENISMO









españa país curioso
como poco
acá por general norma
uno tiene que pedir
permiso a los tarados
pa ser inteligente
si te votan por mayoría
entonces sí lo eres
sino nanay

FORMA DE SER





Cuarenta naipes quieren desplazar la vida.
Joge Luis Borges
Evaristo Carriego





y yo como la mosca cojonera
no paro de pedir el paraíso
ya sea sin tu voto y tu permiso
sin tu fe o voluntad sin tu manera

de ser y de vibrar que no es sincera
ni libre buena igual en lo preciso
de vibrar y de ser del no sumiso
y que muestra tu sombra verdadera

asombrado vas siempre del tirano
al caudillo rindiendo vasallaje
aplastadas por ti muestras ufano

las muertes de tu ser y del ultraje
pues si ultra eres tú como pagano
sin libertad verdad es tu pelaje



28 de agosto de 2013

MÁS ALLÁ DEL SUEÑO




Nunca pongo los pies por do camina
la mentira, la fraude y el engaño,
de la santa virtud total ruina.
Miguel de Cervantes
Viaje del Parnaso

las lágrimas y suspiros
que me dice por sus letras;
porque si es verdad que llora
mi cautiverio en tu arena,
bien puedes al mar del Sur
vencer en lucientes perlas.

Luis de Góngora 

No hay tiempo para nada más.
Ramón Machón Pascual



Recibo libro de amigo. Ramón Machón me envía su libro El amor, ese animal dormido. Lo leí del tirón y sin respirar. Y no me ahogué. Luego de su amable carta personal de presentación, escrita con letra grande y renglones torcidos por la vida y que dicen derecho.
El poeta tiene la obligación, ética y estética, de señalar un más allá de la realidad y de lo dado. El poeta, como ese Cristóbal Colón tozudo, debe buscar caminos, rutas, trajines para arribar a todos los sitios, lados, lugares, tiempos, épocas, situaciones, respiraciones, amores, dolores, llamas y llagas, almas y calmas. Plus ultra. Más allá del mar y del miedo, de la ignorancia y del odio. Del amor y de la muerte, del sueño y de la vela.
Está escrito en verso libre y reflexivo. Tiene XVIII partes, lo mismo que El viaje del Parnaso, de Cervantes. Y esa curiosidad, o recuerdo, en el poemario del autor del Quijote, me llevó a constatarlo, y de eso la cita inicial con que abro esta nota de lectura.
El motor, la vela, el viento, la espuela debe ser el deseo ardiente, afiebrado siempre por las rémoras y los trabajos del remo y las cadenas. Hablo de la faena del poeta, de los trabajos, de las dedicaciones, del laborar. Como me dice aún ese romance magnífico de un Góngora, que se retrata como poeta remero y condenado al remo. Así se me antoja con la lectura del libro de Ramón Machón, o al hilo de su lectura. Góngora, un poeta en donde el mar y sus presagios vibran como en ninguno y en ninguna otra parte de la poesía en castellano. No sólo por ese peregrino de sus Soledades, que es echado, vomitado del mar, parido del mar. El mar y sus naufragios. Y la epopeya de Uliseo, esa odisea vital. En fin, los rebotes mentales del mar y los naufragios ahora en mí, traidos por esa primera lectura de El amor, ese animal dormido.
He leído este libro del amigo Ramón Miguel Machón Pascual, y me ha venido todo eso. No es poco ya. Del tirón y en la primera lectura en la alta madrugada:
Amarrado al duro banco
de una galera turquesca
ambas manos en el remo
ambos ojos en la tierra. 
Que en ese poema gongorino ya aparecen los temas que, caricias, manotazos, y aun zarpazos, se escriben en este poemario de Ramón. La amada como en la orilla lejana del mismo mar. Lejos y cercana.
Toda la frenética inquietud del deseo, toda la vorágine del amor, toda su locura y color y localismos. Ese es el tema y su presencia en las dieciocho partes del poema que leo. Dieciocho partes que son acariciantes reflexiones, ambestidas aparte, y vestidas de las presencias analíticas de las ganas, de la ausencia, del recuerdo del otro u otra, de la otra, otra.
Cuando suele ocurrirme esto que relato, que un poemario actual y moderno, me lleva a la necesaria presencia de un clásico, como en este caso de Góngora, es un hermoso indicio de la huella y de los pasos sobres los que andamos. La traditio. Porque incluso Góngora, en su remero perdido por esos mares, a la aventura del destino, me remite al simpar Ulises -ya dije- y a una temática de la Odisea. Y eso es ser original, o sea, eso es ir y venir, ahondar en los orígenes, como un oleaje de mar en la playa. Poner pie en lo firme, sin escabullirse en el fondo, ni resbalar o jugar a engaños, estafas literarias o hallazgos de mediterráneos, ya muy vistos y conocidos. Es poner pie, los pies, sobre la firmeza de lo que se es y decirlo en las circunstancias y formas precisas que se viven. Evidentemente ahí radica la hermosura y la belleza y al arte y la poética. Ramón planta las suyas en esa trama de 464 versos (creo que los he contado exactos). Y lo destaco para fijar bien el fondo de ese mar. Porque este poemario lo tomo como el mismo mar de su vida. Y como todo lector que se acerque al mismo es otro poeta, no deja de ser el mar, la mar. Como metáfora y como cosmos u océano universal en que navega todo. Mar mental de ese universo emocional y pasional, a trazas y trozos racionales. Donde las palabras flotan, reflotan y se zambullen como peces. Incluso como cosas o como el mismo plomo.

He pensado, luego, en hacer un análisis formal del poemario. Señalar la temática y temáticas. Destacar expresiones y recursos o usos de palabras/motivos. Al final, y tras las lecturas debidas, me he puesto a escribir sin plan trazado. Como un deambular, a la deriva. Al lado tengo notas, citas, observaciones... Pero me dejo fluir, en esta mañana de esta sábado de agosto, por el encanto de esta singladura mental, emocional, poética, del amor, ese animal o bicho despierto que me acompaña. Mi gato Gurruñau me mira, encaramado y adormilado en su alto cielo, que no altanero celo. El calor de estos días ha cesado, y con el fresco uno se atempera. Quería poder expresar y escribir todas las sensaciones que la lectura del poemario me han causado. Sé que, en esta hora presente, es la mejor crítica y el más adecuado criterio. Y no ese decir nada, que a veces trae el análisis pormenorizado de la materia. Así que tomo la calle del medio y procuro atarme a sentimientos vivos. Estar despierto ante ese bicho dormido que me deja leerlo.
Y de anoche traigo flores de alegrías, pese a un indubitable tremendismo existencial, que en su lectura anda subterránea. Pero estamos vivos y respiramos. Y aunque así no fuera, hemos sido conscientes de nuestra existencia, de bellezas del mundo y de nosotros. Todo queda aquí dormido. Tal vez en un sueño eterno. Tal vez en algún despertar que no sabemos. Pues incluso la lectura del poemario me lleva a recuerdos de películas o pinturas concretas. En este caso es ese sueño eterno del maestro Howard Hawks. No lo traigo en vano. Si digo suspenses para la expresión sueño eterno, aludo a que tal vez es sueño suspendido y no tan eterno como parece. 

Si dije al inicio que un poeta busca otro mundo es porque el poemario de Machón me lo dice o recuerda. Por eso he reducido el número de las partes del poemario, XVIII, 18, a un sólo dígito, en la técnica de la numerología simple. Y me da 9, o sea 8+1=9. El nueve es el número final de un recorrido, que parte de cero, para números simples en el sistema decimal. Y no es casualidad que el último poema, el XVIII (18) diga en un verso:
Ahora luz de noviembre:
Quien si no tú...
Que ya es casualidad que el propio autor se nombre el nueve en el noviembre del verso, y en ese poema con que finiquita el poemario. Este mismo detalle redondea su temática,  como recorrido por el todo (del cero al nueve) del amor y de la vida, del mar, la tierra, el fuego, el aire. En unos cuerpos y en unos espacios.
Todo el poemario, sobre todo los poemas iniciales, invocan al cuerpo y la presencia del deseo. No en vano el primer verso lo manifiesta: Miré. El segundo Crecías a brote vivo, tierna... Amor y vida como clamor. Jorge Guillén de pronto y de lejos. El deseo es presente, vivo, no memoria: 
IV
... ... ...
No hay dios ni verso que me salve
Me pregunto si el poeta no pensó poner alguna vez la palabra beso por verso que lo salvara.
V
... ... ...
galaxia, yema, clítoris, ombligo meteoro,
musgo, diamante,
             pellejo de las cosas
VI
... ... ...
y al final la lenta muerte placentera
del deseo en la palabra.
En estos versos tal vez responda a la trasmutación de verso en beso o viceversa.
VII
... ... ...
mujer
mar.
Otra duda me cabe en el poema IX:
Sigo revisando la noción de cuerpo.
Y me llevo a Quevedo y su concepto de patria como su cuerpo o un cuerpo. Y el cambio en el poema de Ramón de noción por nación de cuerpo.
X
... ... ...
todo en gerundio habita, convoca
insiste.
La continua referencia a la función verbal, en la función, tomada en su sentido religioso, que cumple el verbo en las palabras: la de ejecutar, dar vida y movimiento, dar tiempo, etc.
XI, en su verso final:
de vivir que nos sorprende enteros.
El XII es un poema donde cuerpo y mar se unen, en significados varios, mujer y mar lo mismo. Con el verso Arde el mar, Ramón nos sitúa en una intención poética a un poemario canónico de la modernidad. El conocido del mismo título de Pere Gimferrer.
El poema XVI es de los más logrados. Es el puro deseo su tema, su agonía, su ser. Yendo al poema XVII en donde la mujer es el mismo mar, pero también es basílica, icono, cúpula. Todo lo no cotidiano, todo lo sagrado por algún uso, todo lo inasible, fantasmal, lo inalcanzable.
Dos citas señeras del poema final, el que sumado da nueve, el número que cierra el cero inicial. 
... ... ...
He llegado: El fondo
del pozo del deseo
me acoges, tus manos
diestras en vendimias:
... ... ... 

Ahora luz de noviembre:
Quien si no tú...
Son los versos iniciales de la última estrofa del poema XVIII. Ese de noviembre tan claro a todos y tan escondido, dormido de por vida. Y puntos suspensivos, indicativos del innombrable.

En fin. Todo perfecto, acabado, lleno. Y un poemario para releer, pues mantiene viva la sensación de que en cada lectura uno será otro y otro será su secreto, sus secretos dormidos.
Acá estas breves anotaciones, de momento. Otras duermen como animales.

NOTA: Traigo el romance de Góngora: El protagonista de este romance es un cautivo español que añora la patria desde su prisión en un barco turco. Todo es una metáfora. El barco turco bien puede ser la vida, el remo una enfermedad, una pasión, una situación. El remero puede ser el poeta, el yo del lector...

AMARRADO AL DURO BANCO                             
Amarrado al duro banco
de una galera turquesca ,
ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra,
un forzado  de Dragut
en la playa de Marbella
se quejaba al ronco son
del remo y de la cadena:
«Oh sagrado mar de España,
famosa playa serena,
teatro donde se han hecho
cien mil navales tragedias:
pues eres tú el mismo mar
que con tus crecientes besas
las murallas de mi patria,
coronadas y soberbias,
tráeme nuevas de mi esposa,
y dime si han sido ciertas
las lágrimas y suspiros
que me dice por sus letras;
porque si es verdad que llora
mi cautiverio en tu arena,
bien puedes al mar del Sur
vencer en lucientes perlas.
Dame ya, sagrado mar,
a mis demandas respuesta,
que bien puedes, si es verdad
que las aguas tienen lengua;
pero, pues no me respondes,
sin duda alguna que es muerta,

aunque no lo debe ser,
pues que vivo yo en su ausencia.
Pues he vivido diez años
sin libertad y sin ella,
siempre al remo condenado,
a nadie matarán penas».
En esto se descubrieron

de la Religión  seis velas,
y el cómitre mandó usar
al forzado de su fuerza.



27 de agosto de 2013

CONVERSACIONES CON FACEBOOK, 16




fachebook: ¿y qué es poesía?
uno: ¿y tú me lo preguntas, poniendo en mi pupila tu púlpito azul?
Acostumbrados -como están- a la cucamona, matraca o mentira de que la poesía es como un don de algo, un misterio doloroso y tal vez gozoso. Los más que la hacen y los menos que la leen, si hubieren, dan en confundir el hecho poético, esto es, el poema, con quien lo hace. ¡Qué dirían del Dante que fue condenado a la hoguera por el orden de mando de su tiempo! Tamaña salvajada, cutre y cebollera, cuanto menos sorprende y que anestesia la verdad del hecho artístico de la poesía. Que es como si un pan me gusta por la jeta del que lo hace, o por si es rubio o rubia, me cae bien o mal... O porque el que lo hiciere me cae bien, es parte de su ser y todo eso que se dice de la poesía, y no se lleva al pan, al donut, al gazpacho o algo que tal vez tuviera más que ver con quien lo hace que la poesía. Los más de los poetas se agarran al clavo ardiente de que su poesía son ellos mismos, o una parte muy esencial o sustancial de su ser. Como si de cantaores se tratara o ponehuevos. De manera que si el poeta no tuviere -o tuviera- imagen o artilugio de venta de su producción, que es él mismo, la gente, los lectores, no se acercarán a su poesía. Una perfecta identificación entre el que hace algo y el algo, como la misma cosa. Semejante insensatez y gilipollez al cubo no les parece aberrante a los que participan en tal artimaña; y tal vez al leer esto -tan clarito, ¡ejemmm!- sientan vergüenza ajena ante afirmaciones que no se hacen nunca a solas o dan por hecho y como verdades.
Está clarísimo que un poeta NO es su poesía, que ni siquiera debe haber en su producción poética nada de su ser. Y por ende los lectores deben acercarse a la misma sólo por sus valores artísticos o poéticos, y valorar, gozar, leer, rechazar, rehacer, recrear y todo lo pertinente, desde esa exclusiva producción. La poesía no es objeto de consumo ni de elección electoral tipo usual, y menos artificio competitivo al uso deportes.
En fin, más y mejor espero poner en claro -con este apunte- lo que sería una re poetica, o asunto de poesía, o de enredo o de lío o de dar vueltas y vueltas, poieo, que eso parece que quiere decir poesía en grecorromano, por lo menos.


POETA RUINA




Cuando las ganas de joder aprietan
ni los culos de los muertos se respetan
Dicho mu popular



Todavía recuerdo a aquel tipo que, en los aledaños a la única librería, en el Paseo Independencia, en Zaragoza, lugar muy agradable de paso y paseo para toda la ciudadanía de esa ciudad, con pinta de semimendigo o jipi, en edad de merecer, ojos ardorosos y mirada atrayente, más que atractiva, labios de fresa, ardor guerrero. Cierto deje enfermizo de nene con falta de mami y voz melosa y varonil. Abordaba a los transeúntes, con alguna fotocopia, o similar, en la mano, y con voz muy estudiada preguntaba, untuoso, ¿te gusta la poesía? Como una salmodia, una letanía sabida eficaz como letal, como una monódica prédica que a veces me encantaba seguir oyendo, a medida que me alejaba del lugar de los hechos. En invierno colgaba gabardina gastada sobre la percha alta y garbosa de su cuerpo. Era, cómo no, andaluz de pura cepa. Aunque no le salía el acento sino de tarde en tarde, ya que en Jaén se estila poco eso.


Alguna vez fui el objeto de esa pregunta, al acercarme por el lugar de su preferida estancia, justo a la entrada de la librería y, evidentemente, haciéndome el remolón, para que me la hiciera; pero cuando me dediqué a observar el fenómeno -lo hice años- me di cuenta que los sujetos de su preferencia eran mujeres, y a ser posible de buen ver y estar, a simple vista, y con aires de estudiantas o intelectualas, o sensiblas a un cierto mundo de ellas, que adora la poesía y sus agasajos, tasajos y demás manducas.

Así que, utilizando mis artes, me hice con la confianza del sujeto y me largó toda la verdad de aquello que llevaba años viviendo.  Sin oficio ni beneficio y muy hambriento de hembras, que el ocio saca eso a flote inmediatamente, y como prosapia de la más estricta y avezada picaresca española de fondo, era su forma de limosnear y de vivir, de usar la poesía para trinques, ligues, o lo que fuera que le solucionara sus necesidades, o sea, un auténtico poeta profesional de tomo y lomo, y tomaba lomo, eso fijo. Que la hambre hace milagros, amigos. Sea de pan, sea de hembras. Y si se unen las dos, pues entonces miel sobre hojuelas, que decían que dicen en algunas partes, como anuncio publicitario de las hojuelas o dulces de ese estilo.

Por lo general alguna dama siempre picaba, en el proceloso mar que constituía el Paseo Independencia, a ciertas horas y épocas del año. Y, estafada por la añagaza del poeta, se interesaba por su obra, que éste le alargaba en fotocopias, y alguna vez el librejo casi artesano, que no eran sino tonterías mu malas y esperadas, referidas a lo sentimental, el amor como estafa, mentira, romanticismos de revistas, teles, novelas, costumbres y todo ese tema abotargante que me usan los poetas sin oficio ni verdad, bondad ni bellezas, que son los más o casi tos. Y el sujeto poeta no era memo, y sabía darle coba necesaria con buenos retoques de una cultura general nada desdeñable, y que sabía de James Joyce o de Gracián, o de Elias Canetti, cuando no de cualquier chufla de moda, entre la lectura predilecta de ellas, que son las que más leen, no mejores. Alguna vez, tomada confianza con el tipo pillabichos, se lo hice saber, que sus poemas eran muy malos, rotundamente románticos de baba, a lo demente y campoamoriano. Como lo pillé en estado de ser sensato y cabal, y mi aserto fue contundente, no me lo negó. Pero inmediatamente me reconvino de que aquella tarde partía con una su novia a pasar un jolgorio vacacional. Y que para eso su poesía era la reostia de buena. En manera alguna lo niego. Precisamente escribo esta historia, este relato, con tintes epopéyicos, sobre la muerte de la poesía, en aras a la utilidad del bajo y alto vientre.

Incluso me contaba como había estado enrollao con cinco tías al tiempo. Durante meses, supongo, que en orgías poéticas descocadas, trascurrirían en el piso de estudiantas que le participaban, y que lo tenían como semental o consuelo, a lo que supe, aparte de darle techo y cama, claro. Pues me insistía bastante en eso del harén romántico tipo moranko y moderno, que él -evidentemente- no llamaba así, sino que se lo hacía yo, y que no le gustaba mi falta de aprecio o racismo -decía el pobrete- por los morankos. Y me reconvenía que con esos pensamientos y creencias no ligaría nunca nada. Le perdonaba su perorata y pasaba como pobriño que no come nada de na. Y le daba bola y me empapaba, como si fuera un entomólogo obseso, que lo mismo hasta lo soy, de to lo suyo, no ya real, sino imaginario, que para mí era lo mejor. Lo imaginario en aquel tipo superaba su realidad con mucho. Y que eso le era suficiente hasta para vivir bien: comida, cama, ducha...

Tengo bastantes apuntes de peripecias, que llegó a confesarme, sobre sus truhanerías de poeta/ruina, sobre to con damitas, señoras y madames bobarys diversas, cuando no anitas ozores. ¡¡Ay Madame Bobary o La Regenta!!

Pa una novela, me decía yo entonces, o pa toa una serie de la picaresca poética, o que usa la poesía como pantalla, estafa, pamema y engaño para otros usos e intenciones industriales,personales, necesidades, auspicios... Muy al conjunto de todo lo verdadero, bueno y bello, que usan esto que llaman sociedad normal, sometida al mercadeo, la capitalización y el dominio.

Estoy seguro que alguna de las damas, usuarias del poeta de marras, quedó satisfecha de sus servicios poéticos. O simplemente que lo usaban como puto barato, o como clinex; pero me consta que no pocas sufrieron daños irreparables de la carroña de su ser; pero eran mayorcitas y víctimas del hambre. Tanto del poeta como de las servidas por él.

Pocos sospecharon todo esto. Del modus vivendi, que narro del poeta inocente, que te preguntaba con candor: ¿te gusta la poesía?, para luego trabar confianza y amistad y lo que fuera. ¡¡Sarna con gustito no pica!!

Así que todo se desarrolla, al pormenor y sus filosofías, en esta narración que presentamos. Como lo que llaman vida misma y sus grietas, aprietos, resquicios, verdades, mentiras, invenciones y toda ella bullente. Y que llamamos Poeta Ruina. Sin más ni menos.



24 de agosto de 2013

HOMILÍA








Se vive sólamente una vez,
hay que aprender a querer y a vivir
cuando no es tarde aún para creer
propicio el día venidero

Manuel Váquez Montalbán
Una educación sentimental






homilía es un acto de interpretación 
libertad de ser con gente libre y familiar 
en su más noble sentido
ya se sabe
las palabras se retuercen
se apropian de ellas
se utilizan y chanchullean
chulean y rabian

algunos la tomaron como algo suyo


incluso mío
para deformar usar
comer el tarro y el todo 
otros mucho peores 
cayeron en la trampa 
de anatematizar 
la hermosa palabra homilía
o la igualdad en un grupo 
usándola como insulto 
en su mala baba
del insulto digo 
en sus ignorancias 
miedos y odios

todo un ejemplo
del bote y rebote


20 de agosto de 2013

DANCE










poeta
to 
digiere
reondo 
ya se sabe 
poieos 
griego
vueltas
revueltas
baile 
danza 
palabras 
insultos 
vejaciones 
halagos 
piropos 
convierte 
materia 
poética 
del mundo 
cosmos 
revoltijo


17 de agosto de 2013

LUNA





Todavía huele a tinta el lomo. Recién salido de la imprenta rápida. Recién colgado en Amazon, de donde puede bajarse para leer en varios formatos y por módico precio. Luna, de Agustín Romero Barroso no es una novela histórica. En todo caso histérica.
De amores va la cosa. Por una trama. De política y poder por la otra. Y de los entresijos de todo eso. Asuntos aparentemente muy manidos y tratados. Sorprende la forma, claro. Que es lo que debe sorprender en arte. Pues todas las historias capitales están contadas desde hace siglos. Varía el decorado, el tiempo, la forma, en definitiva. Esos detallitos que cada escritor se saca de la manga no cambian un ápice nada de las vértebras esenciales de la nómina temática.
Un judío que fue el que gestionó -diríamos hoy- los negocios entre los reyes católicos, que él llama caóticos, como luego lo harán Severo Sarduy o Juan Goytisolo, nos narra en primera persona la trama. Este judío nació y se formó en la Llerena de mediados del siglo XV. Y su nombre lo recogen como Gabriel Israel. Habla de su señor el último maestre de Santiago, don Alonso de Cárdenas, y de como se enamora de doña Leonor de Luna, sobrina que fue del famoso papa Luna. Y de como ese amor los llevó a edificar la iglesia de Santiago en Llerena, con una determinación secreta de inmortalidad en la clave del edificio. Como si de una pirámide se tratara y ellos faraones. De manera que este observador perspicaz nos revela secretos curiosos e inquietantes sobre todo el edificio. Por ejemplo la coincidencia de la luna llena, a una determinada hora, que se pone justamente en medio de los dos escudos de la entrada principal y, poco  a poco, va derivando hacía el de doña Leonor de Luna. Y siempre ocurre en la noche más esplendente del fenómeno lunar.
Esas y otras historias de los constructores del edificio. Maestros traídos de Aragón y Cataluña, que dejaron larga descendencia en Llerena. Larga y curiosa. Como la de un miembro de sus muchas logias masónicas del siglo XIX, que era heredero directo de saberes de albañilería de los que construyeron la iglesia de Santiago en Llerena.
En fin, es lo que a vuelapluma puedo decir sobre esta novela. Luego de haberla leído a matacaballo. Son doscientas páginas están suficientemente trajinadas y bien escritas, con decenas de sucesos menores que se arrebujan en uno y el principal o principio de todo amor inmortal. Que si la visita de tapadillo del papa Luna a Llerena, que si la trama que los judíos de la misma hicieron para sobrevivir a la expulsión, que si la fortuna de Gabriel y sus conocimientos de cábala hebrea. En fin, buenos componentes de lo trillado por la novelística caduca histórica de todos los tiempos, y que hoy encandilan al ufano lector de memeces de este tipo. Pero si lo traemos acá es porque la tralla de Agustín Romero Barroso es que se carga lo que se entiende y mantiene como verdad histórica, o ciencia y todo eso. Hace una auténtica escabechina, en nombre exclusivo del arte poético y de la mera creación, la imaginación y el juego. Que no otros valores despacha o debe despachar la literatura como arte, y jamás parte de predicadores de cateteces para justificar el orden social, político, económico y personal incluso que nos ordena y manda y encarcela.
Una auténtica delicia, si la encuentran, claro.

14 de agosto de 2013

PESAO PISAO POSAO PENSAO PASAO





Me pareció ver sol entre la bruma
como los lobos al amanecer.
Felix de Azúa
Última sangre
(Poesía 1968-2007)


opiniones
creencias
repullos
ocurrencias

pareceres
voces
ecos
ruidos
mítines
prédicas
monsergas
chácharas


hay necios
o más expresos
la votambra
lleva treinta años
dale que te dale
los sus votos pal PP$OE
y entornos
por los siglos de las siglas
que la maltratan

esto hará
que se me borren
amigos
y no vengan jamás
a leer estas cosas
demagógicas y claras

pos a enemigo que huye
puente de plata
y aún puerta abierta

al final solito en el mundo


12 de agosto de 2013

PEZ GRANDE






Una de las morrocotudas memeces y falsedades, con que se predica el estado de cosas actual, como verdad, y como lo que tienes que tragar, como impepinable, es eso de que el pez grande siempre se come al chico. Alto, rubio y con los ojos azules, claro, según el gustito de las payas mayoritarias, que así ven y catan al pez grandioso. Como totalitarismo mental a ultranza y de cajón. Que llama a la resignación y la obediencia en un status social, capital, bancario, político, personal y profesional apabullante. To eso del estado de derecho es mera publicidad, no ya engañosa, sino de criminales. Directamente. No existe más que en el papel. Si existe.
Semejante mentecatez de que el pez grande siempre se zampa al chico es, aparte de la predicación, en la vida cotidiana, de la monserga del Poder y de su justificación dineraria: el Capital; es, digo, una enorme falsedad. Como todas las truhanerías que como valores y creencias hace al sistema de mandos y pasta, para justificarse. Forma parte esencial de la superestructura del sermón semanal que el fútGOL nos casca, o la escuela distribuye y la calle predica.
Cualquiera sabe que lo importante de la vida real se juega, o se dirime, entre lo que ni siquiera se puede ver. Depende, pues, del concepto que tengamos de grande, para referirnos al pez dichoso, siempre ganador y triunfante. Los llamados peces gordos. Lo importante no está a la vista con conceptos del Poder o Dinero: grande, grandioso y to eso. Se sabe que una simple bacteria puede ser tan grandiosa que puede destruir al pez grande ese del que hablamos. Que no hay enemigo pequeño. Y no digamos un simple microbio en acción. Que da al traste con toda la grandiosidad del tiburón de la película o de la grandísima ballena que se predica en Moby Dick.
Así que menos humos y acertemos con el dicho popular de que lo realmente bueno se vende, o se dispensa, o se contiene, en frascos pequeños, tarros pequeñitos.
To eso del pez grande comiéndose al chico no es más que publicidad y espectáculo para acojonarnos, aturdirnos, meternos miedos, vencernos, ahormar molleras y votos pa los peces gordos siempre. Y, desde luego, lo que sí se vence, pero no convence, es el hinchado pez que nos quiere comer el coco con que nos demos por vencidos ante los mandos, dineros y valores impuestos como guays por los de siempre en mandos.
Y de eso nanay. Al menos por mi parte. Que siempre el ganao lanar ha tenido larga y grandiosa mesnada de esclavos, al servicio de esos peces tan luengos. Eso fijo y a no olvidar.


TRIACA








Finge leyendo mil artes y modos,
pregunta y responde por boca de todos
llorando y riendo en tiempo y sazón.
Alonso de Proaza
(de las siete octavas del final de La Celestina)

-la aristocracia es la esencia de la literatura-
Félix de Azúa
Última sangre
(Poesía 1968-2007)





ignorancia miedo y odio de los otros
me cautivan la vida como traca
su veneno servil su toma y daca
como que toca todo del vosotros
pa la muerte cabalgan los tres potros
del ellos del usted forman la triaca
venenos poderosos la cloaca
donde se pudre todo del nosotros
la ignorancia es tan vil desconocida
todos la tienen sabia por oficio
aspiran a su amor de tan querida
el miedo tan ardiente pues es vicio
de cretinos macarras de la vida
nos roban y nos mandan sacrificio

del odio y su servicio
no importa de mujer o de varón
son todos en su guerra y su baldón




9 de agosto de 2013

DESEO









si prohibido el deseo anestesiado
vencido encarrilado pervertido
matrimoniado enrutado carcomido
y tan pobre de sí tan puteado
tan producto de serie de mercado
en una intensa cárcel sometido
en inmenso negocio retraído
y tan producto de sí tan trastocado
de la necesidad la máquina hace
esclavos los anhelos y pasiones
vendido todo afán que el hombre trace
bandido para sí de aspiraciones
apetito lucrado en el desguace
de su ser y bondad sin pretensiones



7 de agosto de 2013

SONETO CONTUNDENTE







En el satírico la civilización, si tal es el caso, se prepara a sobrevivir y comulga con él en el misterio auténtico de la sátira, que consiste en devorar por anticipado al contrincante.
Walter Benjamin
Sobre el programa de la filosofía futura






pa que sigas votando so mamón
y pa tu crisis paro y tu miseria
te atizan en tol belfo cosa seria
los votas y rebotas como don
no notas y te anotan por pendón
vencido y fustigado por materia
política y canalla en la histeria
y apechugas contento ese baldón
perdido por la tele y propaganda
la milonga del líder y el dinero
te machacan servil como una panda
de bandidos feroces te hacen cero
tu esclavitud todo lo apanda
te justifica ser su garbancero (1)













NOTA 1.- El donoso lector puede seleccionar sinónimos de esta última palabra, siempre que la rima sea ejecutada, por ejemplo: matancero, alabardero, etc. O bien optamos por este verso que parece más contumaz: 
te justifica si eres su vocero

5 de agosto de 2013

ZAPATA EN SUS MUNDOS: NEGOCIO






Transcripción de algunos documentos encontrados manuscritos, en Zarabola, en estos días que estuve por allá.

De pronto don Luis Zapata se zambulló en mi cuarto y me largó la siguiente proclama. Transcribo parcialmente sólo lo que me dijo. Soslayo para otra ocasión lo que cascaron los personajes que intervinieron.
DON LUIS ZAPATA: ¡Y qué hermoso es el negocio de la necesidad! De las necesidades, digo, que todo capital se hace de ellas y por ellas. Todo capital se ha erigido en lo que llaman la necesidad. Se hace negocio con los pobres, con los sobres, con los drogadictos, con los necesitados, con los tarados, con los borrachos, votantes, parados, atontados, ahogados..., se acumula pasta de la caridad por el careto, de la pantalla de la rogativa pal necesitado, 
a beneficio de los huérfanos,
los huérfanos,
y de los pobres de la capital
que cantaban los de La Madre del Cordero, por los años setenta..., y hasta se hace negocio con los enfermos. Sino que se lo digan a la farmoindustria del mundo mundial. ¡Y no veas los beneficios de las guerras y similares! En lo que antes era Llerena, y hoy, en este ultramundo, veo como Merdena o similar, hay una grandísima cofradía experta en hacer amplio negocio de la caridad y de la estolidez, cuando no de la tontuna, el paripé o la hidalguía de saber historiar pamemas y pamemos. Una especie de patio de Monicacos o Monipodios que hace cuartos de cualquier necesidad, cuando no de la necedad de no pocos.

En estas, don Luis, se alejó y pasaron las sombras de don Ponzoña, que algunos llaman Ponziculo, o Ano, y su cronista aguerrido y perspicaz, que le averigua el más acá del más allá. Cabizbajo y retacado, que iba para el retrete celestial a hacer sus necesidades, don Ponzoña. Y allí paró el pesquisidor de cantiñas y quisicosas de comadreos. Pues en vida no se puede transcender donde las ánimas van a hacer sus necesidades. Ni está bien que pudieran. Así que el historiador quedóse con la péndola en vilo, hasta en tanto don Ponzoña no se le apareciese otra noche para soltarle chascarrillos cutres pal personal jaranero.

Para otra ocasión dejamos la gustosa conversación que el escribiente mantuvo con doña Kóquila Terexa, especialista en asilvestrar mandanga, a costa de los pobres necesitados en todos los ámbitos de la necesidad, amén de ser experta en antiguallas y gatuperios pa gente inocente. Lo cual acrecienta su fortuna y merma la decencia de la casta humana. 

En la oportunidad debida se pondrá en claro a qué textos pertenecen tales extractos y qué coherencia tienen. Estamos en ello.