10 de mayo de 2009

EXTREMEÑOS EN MAUTHAUSEN



Hace unos días hablaba de vestigios nazis en Llerena, o de las memorias de un luchador de los de abajo, Olegario Pachón Núñez. Y sigo, desde otra óptica, y no por las manidas y trilladas veredas electorales y partidistas utilitarias, porque no tienen otra cosa que aportar, de los más, sino por la de los comprometidos con el bien y la paz, la verdad y la generosidad, que siempre somos menos, por eso la cosa va tan de puta pena...

Cuando las tropas coloniales africanas inician la toma del Estado y de la nación españolas, para salvarla, dicen, como si fuera un cuartel, del enemigo, en julio de 1936, en la guerra social abierta de 1936-39, las primeras batallas y escaramuzas, en que se hace víctima a la población, se libran en Extremadura, que es el territorio propicio para experimentar el terror del ejército en marcha, y crear en todo el país el miedo a la horda redentora… Así que, como está suficientemente mostrado por estudiosos, y que yo sé, por testigos, desde pequeñito. El sur de Extremadura fue campo de experimentación del miedo y del terror de los cruzados de la causa cuartelera para crear canguelo, entreguismo y, de esa manera tan militar, poner a las gentes con el corazón en un puño para que se rindieran ante los militarotes en mando y dominio. Y como el rojerío era apabullante en esta tierra, pues iban a saco y sin cuidado, que en Llerena mataron gentes de derechas, concejales de la CEDA, por ser de aquí, que sólo el nombre ya era indicio de rojez, y quemaron la iglesia mayor de la Granada, sin empacho ni miras, y les daba lo mismo que fuera monumental, lo mismo que a aquel legionario que acertó a más de dos mil metros en tol corazón de la Pintura de la Inmaculada Concepción, en el arco de Montemolín, y en el templete que se hizo en el siglo XVI para conmemorar la llegada de Felipe II a Llerena, vía Portugal, rey y roque a ambas naciones... El acierto en la pintura mural fue tal que por ahí se está yendo todavía, y esto lo leí al amigo José Alejandre en el foro de la web del ayuntamiento, y también lamento con él que los que deben cuidar de nuestro patrimonio sean tan dejados de una víctima del terror cuartelero en Llerena, nuestra Inmaculada Concepción del Arco de Montemolín..., que con estar en lo alto de una de las seculares entradas de la amurallada Llerena, y dándole en el corazón, como dice la sabiduría popular, es muy significativo. Y lo digo sin ironía, sino como lo vive el pueblo que lo sabe, con sus creencias y valores, más allá de partidos, banderías, derechas e izquierdas. Es más, mi madre entendía que la coherencia en ser creyente estaba en ser de izquierdas, que los de derechas como que no, oíga, que no... Y me sumo, que ya es hora de arrebatar al poder la chulería del credo desde hace siglos. Y quien sepa entender que entienda, que está claro lo que digo...
Por eso fueron muchas las personas asesinadas para escarmiento, para ejemplo meramente, para meter miedos y concitar rendiciones. La población de esta parte de España fue elegida, por estrategia y azar, para que los demás miraran qué les pasaría si no se entregaban a los sublevados. La matanza de Badajoz, los escarmientos de los asesinados en su plaza de toros luego de ser tomada, que se dice que la sangre tenía una palmo... Por eso aquella guerra no se puede llamar nuestra, ni que nos digan que si en los dos bandos había malos, que si eran iguales… No, en poblaciones como Llerena no se mató a nadie del llamado bando nacional, ni se les hicieron daños personales mínimos. Sí se detuvo, preventivamente, a personas que se manifestaron como proclives a los sublevados. Qué mínimo con una legalidad vigente. Sin embargo cuando Llerena es tomada por las tropas facinerosas, mataron a diestro y siniestro, metieron terror a las gentes, e incluso estuvieron fusilando hasta bien avanzado el mes de noviembre, por gusto, para escarmiento, sin otra razón que hacer que se corriera la voz, más allá del frente, y la gente se acojonara. Que ya se encargaba Queipo de Llano de predicarlo electoralmente por Radio Sevilla. Y así en todo el territorio tomado del sur de Badajoz. Por ejemplo, mi abuelo materno fue asesinado, con once de Trasierra, como un 20 de octubre…, enterrado en fosa común con cal viva…, el paterno andaba huido por esos campos, que volvió meses después y salvó la vida de puro milagro y porque un juez nombrado por los sublevados dio la cara por él, no sin obligarle a poner un cartel, desde la mañana a la noche, a la puerta de la casa en que vivía, que decía yo fui comunista, o algo así, cuando el hombre era ferroviario y estaba afiliado a CNT, como trabajador…
Pero algunos huyeron. Ya hablaba hace unos días de Olegario y su refugio en Francia. Y sería curioso adivinar la peripecia de un campesino extremeño joven corriendo de la guerra y de los militares sublevados y coloniales africanos, por media España, luchando por la legalidad republicana; pero más que nada para salvar el pellejo, que era lo primero, huérfano de la fortuna y víctima de los estados, militares, ideas e intereses que tal vez le traían ajeno…, y luego adentrarse en Francia, y ir a parar a la Europa profunda, porque Mauthausen está ahí, en la Europa profunda, en Austria; y morir como un perro a manos de los socios de los militares cruzados de la causa del fascio. Y todavía hay gente que dice que barbaridades se cometieron en los dos bandos. Sí, seguro que hubo, no lo niego, pero con consecuencias de lo primero, ya que aquí se puede decir que el que da primero da dos veces, y en este caso la segunda vez que dio se dio a sí mismo.
Extremeños en Mauthausen. Pongo la lista, que creo provisional aunque sea oficial, muchos morirían en el camino, otros no tuvieron nombre ni registro, ni lista…

Estoy muy en desacuerdo a como se lleva esto que llaman memoria histórica, incluso ese nombre me parece desacertado, falso, incluso insultante con los que nunca olvidamos, comprendemos, anotamos, tomamos nota para que el hombre no sea lobo para el hombre. No otra cosa, no otra postura. Y condeno el uso electoral que un psoe moderno, heredero y protegido del franquismo, de ahora, que nada tiene que ver con las víctimas de entonces, hace de todo esto, de manera descocada, insultante, fascista, sin vergüenza alguna, y condeno a todos aquellos mamporreros que trabajan en esa causa, la de beneficiar electoralmente a los propiciadores del terrorismo de Estado y sus hazañas últimas, los que se alían con quien sea con tal de cazar poder, los que por su inveterada estupidez, torpeza, engaño y poca claridad para posicionarse en un terreno claro a la hora de defender posturas, provocan lo que llaman crisis y sus efectos sobre los de abajo. Y como muestra parva aporto la condonación de 15.000 millones de euros a los clubs de fútbol, en su débito a la Hacienda Pública, y la entrega, gratis y total para su lucro, de esos 150.000 millones de euros a los principales bancos, no para mejorar la economía para los de abajo, sino para que sigan con sus trinques y especulaciones, y lo más canallesco es que con los dineros insuflados en la sociedad por el gobierno (ayuntamientos, gobiernos autonómicos, etc.) se está manteniendo la estructura de una de los puntales de actividad causante de la crisis por lo especulativo: la construcción y obras…
Por ello que el psoe se lleve calentito las rentas de los muertos en aquella guerra civil abierta de 1936-39 es espeluznante y atroz. Y de una maldad sin límites para los herederos… Bien es cierto que el psoe de ahora se ha trabajado a gente ignorante para manipularla, pero eso es obvio y desvergonzado… Es como si se hubiera arado en el mar, es como si el Estado de Israel, por poner un parangón al pelo, fuera el beneficiario del Holocausto judío en la II Guerra Mundial… Semejante barbaridad está pasando aquí y ahora, con toda la tranquilidad y colaboración subvencionada de la linda progresía que se llama de izquierdas.

EXTREMEÑOS DEPORTADOS MUERTOS EN MAUTHAUSEN
PROVINCIA DE BADAJOZ

Ahillones: Antonio Martín Pilar, Juan Mateo Hernández y Francisco Romero Guerrero.
Albuera (La): Arturo Romero Martínez.
Alburquerque: Antonio Gemio Sánchez.
Alconchel: Ramón Arboleda Silva y Plácido Vargas González.
Aljucén: José Prieto Barrero.
Almendral: Manuel Álvarez Romero y José Nogales Domínguez.
Almendralejo: Abad Gutiérrez Mije y Diego Muñoz Caro.
Arroyo de San Serván: Manuel Cangas Barro.
Azuaga: Vicente Burgos Prida, José Carrizosa Rodríguez, Juan Chavero Zapata, Fernando Fernández Luján, José Antonio Gallego Hernández, José Grueso Muñoz, Agustín Merino González, Manuel Naranjo Ojeda, José Pulgarín Bermejo, José Ramírez Domínguez, Rafael Rico Gala, Luis Ruiz Sabido, Manuel Sáez Murillo, Roque Saez Murillo, Antonio Vera Expósito y Manuel Vizuete Carrizoza.
Badajoz: Isidoro Barrena Regalado, Federico Lencero Peliz, Luis Medino Montes, Demetrio Morales Morales, Cirilo Moreno Rivera y Francisco Serrano.
Benquerencia de la Serena: Manuel Arena Murillo.
Berlanga: Antonio Hernández Rodríguez y José Antonio Sarabia Vázquez.
Bienvenida: Jesús Pérez Ortiz.
Burguillos del Cerro: Antonio Cerrajero Jiménez.
Cabeza de Buey: Joaquín Calderón Rodríguez, José Domínguez Calvo y Agustín García-Risco Claro.
Castilblanco: Vicente Bermejo Rivero.
Castuera: Gerónimo López Fernández y Francisco Sánchez Custodio.
Coronada (La): Ramón Orejudo Orellana.
Don Álvaro: Ángel Camacho Mateo.
Don Benito: Luis Álvarez Palomero, Ramón Cerrato Ramos, Luis Chaparro Rodríguez, Vicente Díaz Capilla, Felipe Gómez Rodríguez, Manuel Lama Barjola, Juan Nieto Cerrato y José Quirós González.
Esparragosa de la Serena: Cándido Benítez Bastias, Leopoldo Caballero Dávila, Pedro Campos Cáceres y Manuel Rosa Villar.
Fregenal de la Sierra: Antonio Martínez Pérez.
Fuenlabrada de los Montes: Felipe Barbo Ramírez, Vicente Camarero Picatostes y Ginés Higuera Toledo.
Fuente de Cantos: José Aradilla Domínguez, Ricardo Arteaga Yerga, Benito Borrego Berjano, José María Delgado Lebrato, Teófilo Fernández Barriente, José Fernández Saez de Tejada, Casimiro García Becerra, José Jiménez López, Javier González Muñoz, Antonio Goya Diosdado, Casildo Hernández González, Luis Lamilla Sánchez, Manuel Lamilla Sánchez, Celedonio Lobato Yerga, Rafael Lobato Yerga, José Macarro Robles, Bautista Miranda Duarte, Antonio Moreno Cortés, Casimiro Nuñez Giménez, Rafael Real Santos, Santiago Rojas Hernández y Bernardo Roldán Carrasco.
Fuente del Arco: Antonio Rubio Barragán.
Garbayuela: Ciriaco Camacho Camacho.
Granja de Torrehermosa: Manuel Calero Díaz, Juan García Garrido, Manuel Gutiérrez López, José Antonio Ordóñez Cano y Emilio Santiago Hinojosa.
Guareña: José Barrero Román, Santiago Isidoro Rodríguez, Federico López, Mateo Palmarín Moruno, Pedro Pascual Monago, Valentín Pérez Palomares y Antonio Ramos Ortega.
Haba (La): Julián Capilla Manzano.
Helechal: Miguel Calvo Sánchez.
Herrera del Duque: Pedro Bonilla Quilez, Higinio Muga Calderón y Santos Sanandrés Díaz.
Higuera de la Serena: Pedro Merino Romero.
Hornachos: Joaquín González Sánchez, Antonio Muñoz González y Miguel Salguedo Nieto.
Jerez de los Caballeros: Alfonso Fernández Navarro, Sebastián Matamoros Albano y Florentino Vega Delgado.
Llera: Antonio Carrasco Tapias, Alfonso Macía Barrero, Joaquín Macía Barrero y Manuel Piña Barrero.
Llerena: Diego Florido Manzanares.
Magacela: Félix Donoso Donoso.
Maguilla: Lorenzo Bermejo Molina.
Malpartida de la Serena: Domingo Calderón Algaba.
Medina de las Torres: Ceferino Ramírez Rey.
Mérida: Sebastián Barrena Tobal, Antonio Gallardo Sánchez y Alejandro Jiménez Cruz.
Navalvillar de Pela: Francisco Moñino Gallardo, Luis Pastor Juan y Pedro Trenado Serrano.
Oliva de la Frontera: Juan Macarro Delgado, Vicente Márquez Pérez, Antonio Soto Torrado, Antonio Torrado Balcalegro y Miguel Torrado.
Olivenza: Librado Almeida Martínez, Antonio Cayero Vivas, Manuel García Jara, Antonio González Álvarez, Vicente Hurtado Álvarez, José Martínez Rodríguez, Gabriel Méndez Sousa y Aurelio Ramallo Martínez.
San Rafael de Olivenza: Raimundo Escudero Bravo.
Orellana la Vieja: Ramón Carmona Marfil y Emilio Collado Saez.
Palomas: Antonio Espinosa Seguro, Dámaso Pozo Trejo.
Peñalsordo: Feliciano Giménez Donaire.
Peraleda del Zaucejo: Juan Trujillo Trujillo.
Puebla de Alcocer: Emilio Murillo Cerrato.
Quintana de la Serena: Diego Benítez Tejada, Cecilio Hidalgo Martín, Tiburcio Murillo Guisado y Lorenzo Trejo Romero.
Rena: Adolfo Cabeza Fernández.
Retamal de Llerena: Emilio Algaba Naranjo, Antonio Godoy Pinto y Juan Tamallo Pinto.
Ribera del Fresno: Jorge Báez Asensio, Pedro Caballo Vázquez, Juan González Lozano, Severo Megías Vacas, Antonio Pizarro Delgado, José Rodríguez Toro, Luciano Suárez González, Santiago Vital Enríquez e Isidro Zapata Meneses.
Salvatierra de los Barros: Juan Sosa Olivera.
Santa Amalia: Juan Facila Nieto y Juan Gómez Rebollo.
Siruela: Juan Cabello Cabello y José Camacho Recio.
Talarrubias: Agustín Paniagua Peco.
Talavera la Real: José Becerra Domínguez y Manuel García Fernández.
Valencia de las Torres: Lino Agudelo Pilar, José Cabanillas y Juan Cabrera Escuder.
Valencia del Mombuey: Joaquín Díaz Gudiño.
Valencia del Ventoso: Joaquín Delgado Bravo, José de los Reyes Nuñez y Manuel Sánchez López.
Valverde de Leganés: Miguel Aparicio Espejo, Luis Espejo Bravo, Juan Gimeno Olivera, Manuel Gimeno Olivera, Anselmo Hernández Bravo, Justo Sánchez Acebedo, Eugenio Torres Antúnez y Ángel Velázquez Bravo.
Valverde de Llerena: José Bravo y José Vera Llanes.
Valverde de Mérida: Pedro Pajuelo Manzano.
Villafranca de los Barros: José Hernández Suárez, José Hidalgo González y Manuel Torres Martín.
Villagonzalo: Lorenzo Espinosa Casablanca, Alonso García Castanera y Luis Mendoza Fernández.
Villalba de los Barros: Domingo Diosdado Martínez.
Villanueva de la Serena: José Atanasio González, Francisco Carmona Casilla, Juan García Acedo, Pablo González Escobar, Andrés Olivares Barjola y Juan Sánchez Santos.
Villanueva del Fresno: Manuel Fernández López.
Villar del Rey: Dionisio Alvarado Rodríguez, Lázaro Márquez Nevado y Guillermo Moreno García.
Villarta de los Montes: Víctor Ferrera Garrido.
Zafra: Julián Moreno Patarro.
Zalamea de la Serena: Ezequiel Jara Doblado.
Zarza (La): Gerónimo Benítez Dicha, Lucas Benítez Trinidad, Ildefonso Flores Trinidad y José Paredes Monje.
PROVINCIA DE CÁCERES
Aldea del Cano: Graciano Gil Iglesias y Enrique Giménez García.
Alía: Teodoro Laguna Belvís y Plácido Moyano Rodríguez
Arroyomolinos: Francisco Vasco Cortés.
Baños de Montemayor: Máximo Cabezalí Paniagua.
Berrocalejo: Elías Fernández Martín, José Fernández Martín, Agapito Mesa Bravo, Aurelio Pedraza Paniagua.
Cáceres: Juan Montero Ruiz(?), y José Polo Mirón.
Cadalso: Celestino Carbajal Pérez.
Cañamero: Eugenio Bau Rodríguez, Rafael Broncano Barba, Francisco Durán Domínguez, Santiago González Sánchez.
Casar de Cáceres: Manuel Andrada Rey.
Casas de Miravete: Máximo Montes Izquierdo.
Casas del Monte:Tomás Iglesias Iglesias.
Casatejada: Juan Nuevo Vázquez y Félix Sobrino Vaquero.
Casillas de Coria: Teodoro Martín Gutiérrez.
Castañar de Ibor:Teodoro Carretero González.
Coria:Moisés Dorado Rivera.
Garciaz: Simón Carrasco Fernández.
Guadalupe: Víctor Gamino Quiroga y David Sánchez.
Guijo de Coria: José Iglesias.
Jerte:Víctor Blanco Calles.
Madroñera: Ramón Bardo (?), Alfonso Bonilla Díaz e Isidoro Sánchez.
Malpartida de Plasencia: Bernabé Tomé Ovejero.
Miajadas: Felipe Díaz Cruz, Miguel Sosa Tostado (?), Vicente Martín Manuel.
Navalmoral: Manuel Sánchez García.
Sierra de Fuentes: José Iglesias Rivera.
Solana-Cabañas: Vicente Pina Seco.
Talavera la Vieja: Fermín Arroyo Morón, Román Gallego Fernández, Saturnino Giménez Fernández, Jacinto Manzano Sánchez y Segundo Tejeda Giménez.
Talaveruela de la Vera: Cecilio Baena.
Talayuela: Bonifacio Blázquez Fernández y Salvador López Giménez.
Tejeda de Tiétar: Wenceslao Muñoz Lobato.
Valdelacasa de Tajo: Andrés Toribio Blázquez.
Valverde del Fresno: Pedro García Margallo.
Villanueva dela Vera: Luis Morén Gómez.
Villar del Pedroso: Sixto Díaz Jarillo y Saturnino Rivera Álvarez.
Villar del Pedroso-Navatrasierra: Celestino Garvín Delgado y Julián Rivero Garvín.


Fuente: Benito Bermejo y Sandra Checa. Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945). Editado por el Ministerio de Cultura. Año 2006.

NOTA. Las fotos son del Arco de Montemolín, en Llerena, desde la Avenida Ancha de Sevilla, en la que acerca más el arco se puede ver la silueta de una pintura de la Inmaculada Concepción en la parte alta, en el templete sobre la puerta y debajo de la cruz. Posiblemente sea del siglo XVI, de cuando se hizo, o se rehizo, con motivo de la visita de Felipe II a Llerena, esta entrada antigua de la muralla.

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