LAS TRES CES

Tengo la memoria histórica de aquel tiempo en el que corría el bulo, el infundio y rifirrafe, de las tres ces, para los sociatas, del cambio de las tres ces para los sociatas, digo. Y por extensión para toda la linda progresía regresadora que los sobrevolaba y vuela. Indudablemente era bulo de mal gusto, ya que conozco sociatas que no practicaron las tres ces, o el cambio de las tres ces: casa, coche y casamiento (otros más groseros dicen coño). O sea que se creía que para ser sociata de pro, o progre de sociata, había que cambiar esas tres cosas que comenzaban por ce, que así las llamaban, incluyendo a la mujer del casorio, cuando no reduciéndola a mero genital. Lo que sí es grave, no ya por los que corrían el bulo, o se corrían con el bulo, sino porque encerraba el pensamiento de los cambios en las ces; casa, coche y casamiento…Y, ¡cómo no!, la casa solía ser adosada o más grande y mejón que la que con Franco, el coche de importación o mejor que el anterior, y la mujer más joven, por supuesto.

Quiero quedar claro que no fue costumbre de los sociatas, en exclusiva. Muchos conozco que son respetables y fieles a sus ces, y les va de maravilla. Y también tengo conocimiento de otros, no sociatas, que han practicado, generosamente ese cambio de ces… Y tampoco sin ser retroprogres, o proretros, o progreretros…

Sea por lo que fuere el asunto es que a mí eso me trae al pairo, como otras inveteradas costumbres conservadoras, sea para sociatas, opuestos o mediopensionistas. Nunca tuve auto, ni ganas, ni necesidad, y considero el tenerlo grave afrenta al medio, al planeta, a los otros, gravísima falta de respeto para la gente honesta, costumbre de conservador montaraz, y cuando oigo que el tener auto, sobre todo de marca y nombradía y coste, o de cilindrada, es signo de valor y distinción, no sé que pensar… Creo que el vehículo automóvil de motor de explosión es para usos imprescindibles y necesarios. Y creo que el que las administraciones no dispongan y no creen servicios públicos de transportes, eficaces y variados, es una política de claro corte fachendoso, ultracorservador, máxime cuando dedican muchos recursos a arreglar carreteras para los egoístas y lujosos automovilistas que tanto matan por esas carreteras mismas, bien de pronto en accidentes, bien con la contaminación… Muchas veces en viajes innecesarios, evitables… No en vano el auto particular paga sus impuestos de lujo, que lo es. No necesidad, como cree en su estolidez el vulgo. El motor de explosión para ambulancias, necesidades de trabajo, transporte porque no hay otros medios, etc. Pero gente conozco que para ir de una calle a otra, en algunos pueblos pequeñitos de Extremadura, que usan el automóvil… Por vagancia, costumbre, asilvestramiento y porque la da esa gana parecida a la del terrorista pertinaz, y no exagero. Esas ganas se la deben guardar…

Tampoco uso mujer en propiedad, ni la he usado, esto es, nunca fui casado, y nunca dije esta es mí, o mí, o mí…

Sí procuré tener vivienda en propiedad, necesario, luego que el alquiler en este país quiere ser negocio de altos vuelos y enriquecimiento rápido, y no servicio social por el que se paga lo razonable, y se ayuda al ejercicio de la vivienda digna, no ya por derecho fundamental…

Así que no contemplo esa revolución del cambio de las ces en mi vida, y me parecía vara de medir la linda sociedad cutreconservadora eso del cambio en el contenido de las ces. Uno de esos parámetros que ponen el culo al descubierto sobre la realidad de lo que se es. No ya por esta reflexión, sino por su fealdad posesiva y su puesta de ojos en propiedades tan vulgares, y no quiero faltar a las legítima compis de los practicantes de las ces como estatus, vida, importancia, normalidad.

No digo nada más que lo mismo para las féminas que, a imitatio de la varonía, les dio por cambiar las ces…