CALORROS

Que las pobreza, y no me refiero sólo a la física de euros, y la ignorancia, y no me dirijo a la falta de titulitos, son proclives a la jarana de la pelea, a la reyerta, al agarre, al rifirrafe, disputa, lucha, liza, lance, refriega, pugilato, riña, altercado, rivalidad, hostilidad, acometimiento, discusión, disgusto, afán y ajetreo, aperreo y agobio, es indiscutible. Y ahí tiene Saura, el cineasta, material moderno para sus montajes lorquianos de enfrentamientos gitanos, ya tradicionales, en pendencias como la ocurrida en Badajoz. En un acto flamenco en el Teatro López de Ayala, y en el marco incomparable de las decimoprimeras Jornadas Culturales Gitanas de Badajoz, en las que actuaba nada menos que el genial grupo cordobés El Lin y el Nani con los Cheeroke.
Eso es corazón y fidelidad a la tradición calorra, y todo lo demás filfa. Y añadiendo elementos muy modernos aprendidos de los payos, como esa bomba fétida y de humareda a un tiempo, que estos calés igual van y vienen, pa aprender a sobrevivir, al Irak, con las fregonetas y apañan la tecnología punta de los americanos, usada allá para espantar y dominar en la refriega. Que lo mismo asisten a los mercadillos de la guerra igual que a los de las aldeas extremeñas.
Mi encendido aplauso, desde Los Madriles en que por estos días me hallo, a esos héroes de la leyenda gitana, a esos que han puesto broche de oro y vida, y nervio y afán en la realidad del flamenco de siempre, entre la tragedia, el dolor y lo bufo. Me encuentro orgulloso de ellos, por dar la medida de la sangre que nos lleva. Sí, lleno de peleas como dios manda, llenos de oscuros deseos, de enfrentamientos seculares y desconocidos intereses que tienen mucho que ver con la vida transhumante de hoy, no ya de lugares sino de mentalidades, por no decir otros eventos de viajes...
Todo ocurre en un teatro, y en el mismo dos expectadores se enzarzan en pelea, se arroja bomba de humo y afecta a todos los expectadores que han de ser evacuados, con lo que la actuación de El Lin y el Nani con los Cheeroke ni se hace, siendo perjudicados los de Córdoba.
Que esto me huele a clanes pacenses y cordobeses a la greña por la valía de cada uno, o de fembra por medio, y casorios y celos, y todo eso que tratan de dirimir a ostias, como antaño algunos en la historia (léanse tragedias lorquinas), y hoy otros por intereses (véase a Bush en Irak)... ¿Podría ser? Antes la navaja albaceteña, hoy la bomba sofisticada y espantosa...
Aunque tengo la sospecha, y mis ribetes y piques, que ese altercado ha estado promovido por organizaciones turísticas y antropológicas cañís, con el contubernio de la Junta, a través de la Consejería de la Cosa Curturá, para atractivo del personal que pasa del flamenco y del morbo que tiene el entorno gitano de Badajoz, al que estimo en grande, por otros valores no menores. Y que la bomba ha estado convenientemente subvencionada a cargo de los fondos europeos de apoyo a las minorías étnicas y folclóricas en regresión, para que fomenten sus ancestrales costumbres y en manera alguna se sientan discriminados, que ya a los payos se les subvenciona el cine bélico a lo grande y bestia, no sólo para hacerlo, que ya se lo hacen los americanos (del norte), y se subvenciona por verlo en casa, comiendo palomitas de la paz (del norte), y ya se sabe, etc. Calorros.
Santa tradición turística.
¡Santimpali!