CARTA AL DIRECTOR

Llevo tiempo diciéndolo en mi CRÓNICA EXTREMA, que publico en el portal de elpollourbano.net, cada mes, hace ya como siete años: Extremadura es tan pobre que ni reflexión hace con sus mandamases, y los hechos que estos llevan cabo en la administración de las cosas públicas, al servicio de todos; ni tiene oposición con un discurso crítico y de valoración razonada, ni hay crítica basada en criterios, ni nada de nada. Como pasa en el común de España, pero más profundo y tenebroso. Características propias del caciquismo, del caudillismo, o, en moderno, liderazgo. Costa, don Joaquín, dixit. (Miro de reojo los doce tochos, con su obra completa, en la estantería de la derecha, según se baja la mirada, encuadernados en tela, de la editorial maña Guara. Desaparecida como tantas buenas).

Algunas veces se agradecen ciertas cartas en la prensa, en las cartas al director, porque dicen lo que todos piensan, o algunos pensamos, pero los profesionales de la opinión, la creencia y la información o propaganda publicitaria, nunca dirán. Y es que, como decía el olvidado poeta León Felipe,
cualquiera entierra a los muertos
como debemos,
cualquiera,
menos un sepulturero.

Y la carta dice mucho y agudo, muy agudo, de una alta inteligencia, rara en esta Extremadura de subvencionados a porrillo, y agradecidos por doquier: ...La tradición popular refiere que a los tontos se les da siempre la razón... ( Y hay más o menos)